ChatGPT Image 31 dic 2025, 15_02_34

De la ciencia a la regulación y al mercado: los hitos que definieron 2025 en cultivos editados y transgénicos

Imagen generada con IA por ChileBio

Cambios regulatorios históricos, nuevos productos que comienzan a llegar al mercado, estudios científicos con beneficios medibles, nuevas técnicas de transformación genética mejoradas en eficiencia y avances en bioinformática para manejar una avalancha de datos genómicos marcaron 2025 como uno de los años más decisivos para la biotecnología agrícola. Desde Europa hasta América Latina, y desde el laboratorio hasta el consumidor, la edición genética y los cultivos transgénicos ya dejaron de ser una «promesa futura» para convertirse en soluciones concretas frente a desafíos productivos, climáticos, ambientales y de salud.

ChileBio / 31 de diciembre, 2025.- Este recorrido reúne las noticias más relevantes del año publicadas por ChileBio y ofrece una visión integrada de los principales avances en regulación, ciencia y adopción de la biotecnología agrícola a nivel global. A través de estos hitos, el reportaje permite entender por qué 2025 no fue solo un año de novedades aisladas, sino un período clave en el que la agricultura basada en ciencia sigue consolidándose como una herramienta concreta para enfrentar desafíos productivos, climáticos, ambientales y de seguridad alimentaria.

1) Novedades regulatorias: un punto de inflexión global

El año terminó con señales claras de cambio en el ámbito regulatorio. El Reino Unido dio uno de los pasos más relevantes al permitir la comercialización de cultivos editados genéticamente, estableciendo un marco diferenciado para aquellos desarrollos obtenidos mediante nuevas técnicas genómicas que no contienen ADN foráneo. Esta decisión busca acelerar la innovación agrícola y facilitar que los avances científicos, actualmente en ensayos de campo en tierras inglesas, lleguen efectivamente al campo.

Poco después, la Unión Europea alcanzó un acuerdo histórico para regular el uso de las Nuevas Técnicas Genómicas, reconociendo la diferencia entre cultivos editados y transgénicos tradicionales. Tras años de debate, este cambio regulatorio abre la puerta a una adopción más rápida de herramientas clave para enfrentar el cambio climático, mejorar la productividad y avanzar hacia sistemas agrícolas más sostenibles. Este avance fue clave para no quedarse detrás de las otras regiones globales que ya lideran en NBTs, como Las Américas y Asia.

Fuera de Europa, Etiopía se sumó a los países africanos que apuestan por la biotecnología agrícola, autorizando la producción comercial de maíz y algodón transgénicos, incluidos eventos Bt de resistencia a plagas y de tolerancia a sequía. La medida responde a la necesidad de mejorar rendimientos, reducir pérdidas y fortalecer la seguridad alimentaria en un contexto de creciente presión climática.

En América Latina, 2025 estuvo marcado por un hito histórico: Chile dio luz verde al primer trigo editado genéticamente (con CRISPR) de las Américas, confirmando que no califica como transgénico según su marco regulatorio. Este hito, logrado por la startup chilena Neocrop Technologies, se considera también como la segunda luz verde regulatoria a nivel global para un trigo editado con CRISPR solo después de un gigante como China en 2024. Solo unas semanas después, la misma startup chilena obtuvo «luz verde» por CONABIA para este mismo desarrollo en Argentina, consolidando a la región como pionera en la regulación y uso práctico de la edición genética aplicada a un cultivo estratégico como el trigo, con foco en una mejora de su perfil nutricional.

Brasil, por su parte, avanzó en los preparativos regulatorios para aprobar el primer eucalipto editado genéticamente del mundo, ampliando el alcance de la edición genética hacia especies forestales de alto impacto productivo y ambiental. En Oceanía, Australia inició la evaluación de tomates transgénicos morados, desarrollados por su alto contenido de antioxidantes y potenciales beneficios para la salud del consumidor, los cuales podrían llegar pronto al mercado local, después de su debut comercial en USA en 2024.

Imagen desarrollada con IA por ChileBio

2) Novedades comerciales: la biotecnología empieza a llegar al mercado

Durante 2025, varios desarrollos biotecnológicos comenzaron a cruzar la frontera entre el laboratorio y el mercado. En Estados Unidos, país que lidera el uso comercial global tanto de cultivos editados como OGMs, se inició la comercialización de cáñamo genéticamente modificado libre de THC, una innovación que elimina problemas regulatorios y productivos asociados al cultivo tradicional, ofreciendo mayor estabilidad y rentabilidad a los productores.

En la misma línea de beneficios directos para la salud, un maní editado genéticamente para eliminar proteínas alergénicas avanzó hacia su ingreso al mercado estadounidense, con el objetivo de reducir el riesgo de alergias alimentarias sin alterar las características tradicionales del producto.

El trigo transgénico HB4, tolerante a sequía, desarrollado por el sector público-privado argentino, dio un paso clave en su expansión internacional gracias a una alianza estratégica que impulsa su llegada y producción comercial en Estados Unidos, reflejando cómo ciertas tecnologías comienzan a escalar mediante acuerdos comerciales globales.

A nivel local, 2025 mostró además cómo Chile se consolidó como potencia mundial en semillas biotecnológicas, destacando su rol en contraestación, su marco regulatorio y sus capacidades técnicas como factores clave para atraer innovación y producción de alto valor. A nivel de respuestas positivas para uso comercial de cultivos editados, Chile se consolidó como la segunda potencia mundial después de Estados Unidos.

En Asia, India a través del apoyo público de su Gobierno, liberó sus primeras variedades de arroz editado genéticamente, enfocadas en mayor rendimiento y mejor adaptación climática, una decisión con impacto potencial significativo considerando la escala productiva del país y el rol del arroz en su seguridad alimentaria.

Uno de los casos más visibles del año fue el de las bananas editadas genéticamente de la startup Tropic (que no se oscurecen al cortarse, reduciendo su descarta a la basura) lanzadas al mercado por la startup Tropic. Estas bananas que reducen el desperdicio alimentario al prolongar su vida útil, también fueron reconocidas por la revista TIME entre los mejores inventos de 2025, consolidando su impacto comercial y mediático.

A estos avances se sumó una señal clave desde la sociedad: estudios realizados en Reino Unido, Suecia y España mostraron una creciente aceptación de los alimentos editados genéticamente y transgénicos, especialmente entre Millennials y la Generación Z, particularmente cuando los beneficios sociales, ambientales o de salud son claros y bien comunicados.

Imagen generada con IA por ChileBio

3) Desarrollos y estudios destacados: ciencia con impactos medibles

Más allá de los anuncios regulatorios y comerciales, 2025 fue un año en que la biotecnología moderna se consolidó al seguir mostrando beneficios concretos y cuantificables. Uno de los avances más llamativos fue el desarrollo de un tomate editado genéticamente capaz de reducir hasta en un 85% el espacio necesario para su cultivo, gracias a una arquitectura compacta que permitiría producir mucha más cantidad de fruta (aumentó en 180% la productividad) en superficies mucho menores. Este tipo de innovación abre nuevas posibilidades para la agricultura urbana, los sistemas verticales y la producción intensiva en ambientes controlados.

En el ámbito de la inocuidad alimentaria, si bien esta sólidamente establecido que los cultivos transgénicos son tan seguros e inocuos que su contraparte convencional, un nuevo estudio de más de siete años en primates confirmó que el consumo prolongado de maíz transgénico no genera efectos adversos para la salud, aportando una de las evidencias más robustas disponibles hasta ahora sobre la inocuidad de estos cultivos.

Otros desarrollos apuntaron directamente a la nutrición. Investigadores lograron sandías y remolachas capaces de producir mogrósido V, un edulcorante natural sin calorías, con un poder endulzante comparable al de edulcorantes artificiales. En paralelo, se avanzó en arroz y trigo editados genéticamente enriquecidos en CoQ10, un compuesto asociado a la protección de la salud cardiovascular.

La eficiencia agrícola también fue un foco central. Un trigo capaz de fertilizarse prácticamente por sí solo mostró el potencial de ahorrar más de mil millones de dólares anuales en fertilizantes, reduciendo al mismo tiempo el impacto ambiental asociado al uso de nitrógeno. En la misma línea, se desarrollaron plantas capaces de capturar un 50% más de carbono atmosférico y producir el doble de biomasa, combinando mitigación del cambio climático con mayor producción de alimentos.

El estrés térmico, uno de los principales desafíos de la agricultura actual, fue abordado mediante arroz editado genéticamente tolerante al calor, que mostró resultados exitosos en sus primeros ensayos (con incrementos de hasta 273% bajo 40°C). En Europa, se completaron con éxito los primeros ensayos de campo de papa editada genéticamente resistente al tizón tardío, una enfermedad responsable de enormes pérdidas productivas y del uso intensivo de fungicidas.

En el ámbito de la salud humana, 2025 también marcó avances relevantes. Se iniciaron ensayos clínicos con tomates editados genéticamente para combatir la deficiencia de vitamina D, y continuaron los progresos en trigos biotecnológicos que reducen significativamente las proteínas tóxicas para personas celíacas, mejorando al mismo tiempo la calidad panadera.

Imagen generada con IA por ChileBio

4) Avances pioneros en nuevos cultivos: edición genética en fase temprana de I+D

A diferencia de cultivos como los ya mencionados, donde la edición genética ha logrado avances notorios en I+D con progresos a fase pre-comercial (ya comerciales en algunos casos), los avances de este bloque corresponden a especies donde la tecnología de edición aún se encuentra en etapas muy incipientes de investigación y desarrollo. Durante 2025 se validó por primera vez con éxito la edición genética en frambuesa, se obtuvieron plantas de cacao resistentes a enfermedades mediante edición y cruzamiento tradicional, y la industria global del chocolate comenzó a recurrir activamente a la edición genómica para adaptarse al cambio climático.

También se avanzó en zanahoria, con alianzas europeas orientadas a proteger la producción global, se reportó la primera edición (conocida públicamente) exitosa en el ADN de la avena y se desarrollaron plantas editadas compactas de physalis (o aguaymanto) aptas para la agricultura a gran escala. Estos hitos no apuntan aún a una comercialización inmediata, pero confirman que la edición del genoma puede expandirse a una diversidad cada vez mayor de cultivos.

Imagen generada con IA por ChileBio

5) Herramientas, edición avanzada y datos: ordenar la avalancha genómica

Si 2025 fue un año de avances visibles en cultivos, también lo fue en las herramientas que hacen posible leer y entender el código genético vegetal que hace posible estas innovaciones. La genómica vegetal vive una explosión sin precedentes: solo en 2025 se publicaron más de 500 genomas de plantas gracias a los avances en secuenciación de última generación, la misma cantidad que tomó cerca de 20 años generar entre 2000 y 2020, cuando no se contaba con los avances actuales. Frente a esta avalancha de información, el desafío ya no es solo secuenciar, sino ordenar, explorar e interpretar.

En este contexto surge PubPlant, descrito como el “Google Maps” del ADN vegetal, una plataforma que permite navegar genomas de plantas de forma intuitiva, visualizar regiones clave y conectar información genética con funciones biológicas. Su valor radica en transformar grandes volúmenes de datos genómicos en conocimiento accesible y utilizable para investigadores, mejoradores y biotecnólogos.

Este esfuerzo se complementa con el lanzamiento de PlantGPT, un asistente de inteligencia artificial especializado en genómica funcional vegetal, y con nuevos atlas celulares que muestran cómo y cuándo se activan los genes en cada etapa del ciclo de vida de las plantas. Estas herramientas permiten pasar de la simple secuencia al entendimiento funcional del genoma.

Al mismo tiempo, 2025 trajo avances técnicos decisivos en el laboratorio: mejoras en la «pistola genética» que incrementan drásticamente la eficiencia de la transformación de plantas, nuevos métodos de edición que evitan la introducción de transgenes y multiplican hasta 17 veces la eficiencia del proceso, y técnicas que reducen la regeneración in vitro de plantas editadas de meses a solo semanas.

En conjunto, estas herramientas representan el motor silencioso de la biotecnología agrícola moderna: permiten manejar volúmenes de datos sin precedentes, acelerar los ciclos de innovación y hacer viable, en la práctica, la revolución de los cultivos editados y transgénicos.

Imagen desarrollada con IA por ChileBio

La próxima década se empieza a escribir ahora

Los hitos de 2025 permiten anticipar cómo será la próxima década en agricultura. La edición genética y los cultivos transgénicos ya no avanzan solo en grandes cultivos globales, sino que comienzan a diversificarse hacia nuevas especies, nuevos rasgos y nuevos contextos productivos, formando parte de una amplia «caja de herramientas» de los mejoradores genéticos apoyados por técnicas modernas, que avanzarán masificando otras técnicas como edición de bases (ediciones aún más precisas y puntuales), biología sintética (generando rutas metabólicas totalmente nuevas e inexistentes en plantas), modificación a gran escala a nivel de cromosomas completos, o modificando la expresión epigenética en lugar de la genética (el como se expresan los genes). Al mismo tiempo, la aceleración en secuenciación genómica y análisis de datos está generando una avalancha de información valiosa y clave que reducirá aún más, de manera drástica, los tiempos entre descubrimiento y aplicación.

Si algo deja claro este año es que el debate ya no es si estas tecnologías serán parte de la agricultura del futuro, ya que estas tecnologías ya están llegando a nuestros campos y mesas. La discusión será respecto al cómo, dónde y bajo qué reglas se integrarán. Las decisiones que se tomen hoy, y que deben ser basadas en ciencia y marcos regulatorios ágiles y modernos, definirán qué tan rápido y equitativamente esos beneficios llegarán a agricultores, consumidores y territorios de todo el planeta.

Imagen generada por IA por ChileBio

Comments are closed.