
La CONABIA aprobó como “no transgénico” un trigo editado genéticamente con alto contenido de fibra, desarrollado por la startup chilena Neocrop Technologies en alianza con la semillera argentina Buck Semillas. Se trata de la primera resolución positiva para un trigo editado en la Argentina, que se suma al hito regulatorio alcanzado en julio pasado en Chile —el primero de las Américas— para este mismo desarrollo.
La Nación – Campo / 21 de septiembre, 2025.- La empresa chilena Neocrop Technologies, que tiene una alianza con el semillero argentino Buck Semillas, logró luz verde para desarrollar el primer trigo editado genéticamente en la Argentina con alto contenido de fibra, con un aumento entre cinco y diez veces, lo que representa mejoras para la salud. La firma ya obtuvo una respuesta positiva recientemente en Chile del máximo organismo fitosanitario para avanzar y ahora consiguió lo mismo por parte de la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (Conabia) argentina.
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La tecnología de edición génica no es transgénica, es decir no introduce un gen externo y acelera los tiempos para lanzar un producto: trabaja con una suerte de “tijeras” para cortar caracteres de interés —la herramienta se llama CRISPR— y hacer pequeños ajustes en el ADN de la planta. Ya empezaron los ensayos a campo en Chile y en el siguiente ciclo agrícola será en la Argentina.
“La Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (Conabia) declaró que líneas avanzadas de trigo editado genéticamente desarrolladas por Neocrop Technologies en alianza con las semilleras Buck Semillas (Argentina) y Campex Baer (Chile), con alto contenido de fibra (amilosa), no se consideran organismos genéticamente modificados (no-OGM). Con esta decisión, las líneas quedan fuera de la normativa aplicable a cultivos transgénicos, abriendo el camino para su validación comercial en la Argentina como sería con cualquier trigo convencional”, dijo la empresa hoy en Valdivia, Chile, donde está su sede.
Neocrop Technologies usa la plataforma Neotrait Engine, que acelera a tiempo récord el

desarrollo de cultivos adaptados a los retos agronómicos y climáticos, así como al aumento del valor nutricional, según precisó.
“Con esta nueva decisión, la región da un paso histórico en la adopción de herramientas de edición génica. Haber logrado el primer trigo editado con una respuesta regulatoria positiva en Chile y ahora en la Argentina refuerza nuestra convicción de que América Latina puede liderar la innovación agrícola global”, dijo Daniel Norero, cofounder y gerente de Negocios de Neocrop Technologies.
En tanto, Carlos Becco, asesor de la compañía y uno de los referentes del negocio agrícola en la Argentina, dijo que el reconocimiento conseguido “posiciona al país a la vanguardia de la innovación agrobiotecnológica, consolidando su liderazgo en el uso de herramientas de última generación para enfrentar los desafíos productivos, ambientales y nutricionales del siglo XXI”.

También se pronunció Diana Martino, gerenta de Investigación de Buck Semillas, la pata argentina de la alianza. “El trigo alto en fibra permite lograr un producto más saludable para la alimentación humana. Es un producto que nos permite ampliar nuestra paleta de variedades con cultivares de calidad diferenciada”, indicó. Precisó que “trabajar con Neocrop nos ha permitido incorporar técnicas de vanguardia tecnológica en el proceso de desarrollo de nuestras variedades. Gracias a esta alianza con Neocrop, nos consolidamos como pioneros en la innovación del trigo editado genéticamente en el Cono Sur”.
La empresa chilena realizó ediciones en variedades élite recomendadas por sus socios, justamente como Buck Semillas. “El resultado es un producto final sin incorporación de genes externos, es decir, no transgénico, lo que nos permite avanzar más rápido hacia variedades mejoradas listas para el campo”, dijo la Dra. Francisca Castillo, CEO y directora Científica de la compañía chilena.
LA NACION pudo saber que el lanzamiento comercial está planificado para 2028.
Según señaló la empresa del vecino país, “las sociedades científicas y pautas médicas internacionales recomiendan un consumo mínimo diario de 25 gramos de fibra dietética debido a sus beneficios comprobados en la salud digestiva, la regulación de la glucosa y el colesterol, así como en la prevención de enfermedades cardiovasculares y metabólicas”.
Añadió que, igual que en Chile, “los niveles de consumo de fibra en la Argentina son deficitarios: en 2019 el país presentó el menor consumo de fibra dietética de un panel de ocho países evaluados en Latinoamérica, con apenas 11 gramos diarios (en promedio). Este problema es aún más crítico en las zonas urbanas de la Argentina, donde el consumo promedio no superaría los 5 a 6 gramos diarios según un estudio del año 2022”.
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Norero señaló que para afrontar esta situación las empresas mencionadas “apuntan a desarrollar líneas comerciales de trigo con 5 a 10 veces más fibra, lo cual permitiría producir harinas blancas con un beneficio nutricional mayor al de las harinas integrales, ayudando a cerrar la brecha de bajo consumo de fibra en el Cono Sur a través de alimentos tan comunes como el pan, las facturas y otros alimentos elaborados tradicionalmente con harina blanca de trigo”.
La compañía recordó: “La industria ha intentado responder a esta brecha nutricional mediante harinas enriquecidas con almidón de otras plantas, o como fibra de trigo adicionada. Sin embargo, en el primer caso, la calidad harino-panadera y organoléptica del producto suele ser afectada negativamente, y en ambos casos, aumentan los costos de producción. Por otro lado, las harinas integrales de grano entero, que tienen 1-3 veces mayores niveles de fibra, no gozan de alta aceptación entre los consumidores, debido a factores como el sabor, la textura, los hábitos de consumo y un mayor precio”. Es en este contexto en que cobra relevancia la alianza entre las empresas mencionadas.