Las semillas más antiguas conocidas de un pariente de la sandía, que datan de hace 6.000 años, del período Neolítico, se encontraron durante una excavación arqueológica en Libia. Una investigación de estas semillas dirigida por la bióloga Susanne S. Renner de la Universidad de Washington en St. Louis revela algunas sorpresas sobre cómo nuestros antepasados utilizaron un antecesor de la sandía actual.