Uno de los enfoques más prometedores para el control de plagas consiste en atacar genes de insectos que son esenciales para su supervivencia. Sin embargo, es difícil encontrar genes objetivo cuyo silenciamiento acabe con las plagas pero no con los insectos beneficiosos. Ahora, un equipo de investigadores del Boyce Thompson Institute (BTI) ha demostrado que los genes transferidos horizontalmente (GTH), o genes transmitidos de una especie a otra, que se encuentran en los genomas de los insectos (y que le otorgan ventajas adaptativas) son objetivos válidos para matar selectivamente a problemáticas plagas como los pulgones y la mosca blanca, y eventualmente, otras plagas que causan importantes daños en los cultivos alimentarios de todo el mundo.