El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) acaba de descartar riesgos como plaga de plantas frente a tomates convencionales, declarando que su cultivo y multiplicación es seguro. El tomate fue modificado genéticamente ajustando tres genes, logrando altos niveles de antioxidantes beneficiosos para la salud, y la empresa Norfolk Plant Sciences espera iniciar su comercialización en Estados Unidos en 2023.