Un estudio realizado por psicólogos y biólogos de la Universidad de Rochester, la Universidad de Amsterdam y la Universidad de Cardiff, encontró que el conocimiento sobre la tecnología de modificación genética es un predictor único de las actitudes hacia los alimentos GM, por encima del conocimiento general de la ciencia y varios factores demográficos. Además, el equipo descubrió que el aprendizaje sobre la ciencia subyacente en los alimentos GM condujo a actitudes más positivas hacia estos alimentos, a una mayor disposición a comerlos y a una percepción más baja de que son riesgosos.