La introducción de un solo gen de la vía biosintética de los carotenoides en diferentes cultivares de tomate condujo a cambios significativos en las vías metabólicas, grandes aumentos en el rendimiento (hasta un 77% extra) de la fruta y un mayor contenido (hasta 20 veces más) de provitamina A. Las plantas modificadas también mostraron una mayor tolerancia a las altas intensidades de luz, la sal y el estrés por sequía.