Mientras grandes empresas y consorcios del sector público en Estados Unidos, Canadá, China, Europa y Australia corren a toda velocidad por el desarrollo de una vacuna cultivada en plantas de tabaco transgénico, un grupo de investigadores de una universidad mexicana trabajan con el mismo objetivo pero con una estrategia distinta e innovadora: la identificación de antígenos candidatos a vacuna mediante bioinformática e ingeniería genética computacional y su expresión en plantas de tomate que al ingerirse nos inmunizaría contra COVID-19.