Los agricultores sudafricanos que cultivan maíz blanco transgénico han reducido el impacto ambiental y el uso de pesticidas, mientras que han mejorado los rendimientos y aumentado sus ingresos. A nivel nacional, el uso de maíz blanco GM mejoró la seguridad alimentaria al permitir producir 83,5 millones de raciones adicionales de este cultivo utilizado en 100% para alimentación humana.