La legendaria Ruta de la Seda, ese tramo de 4.000 millas entre China y Europa Occidental donde floreció el comercio desde el siglo II a. C. hasta el siglo XIV d.C, es responsable de una de nuestras frutas favoritas y más valiosas: la manzana domesticada. Los investigadores ahora han reunido genomas y pangenomas completos de referencia para la manzana y sus dos principales progenitores silvestres, proporcionando información genética detallada sobre la domesticación de la manzana y características importantes de la fruta que podrían ayudar a los fitomejoradores a mejorar el sabor, la textura y la resistencia del cultivo al estrés y las enfermedades.