Las vacunas de ARNm ahora están en el centro de atención como una herramienta clave para abordar el COVID-19, pero la tecnología se desarrolló originalmente para otras enfermedades, como el cáncer, que los investigadores ahora esperan tratar. Otras vacunas de ARNm que ya se probaban antes de la pandemia estaban enfocadas en VIH, hepatitis C, malaria, tuberculosis, influenza, herpes genital, entre otros.