Entre un parlamento dividido, con países y partidos a favor y en contra, la Comisión Europea propondrá una ley en julio que flexibilizaría las normativas para las plantas mejoradas con técnicas de edición de genes, incluida CRISPR, que según sus defensores (y la opinión técnica) puede ayudar al bloque a contar con cultivos que toleren mejor la sequía y requieran menos uso de pesticidas.