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La edición genética en el tomate alcanza eficiencia récord gracias a estrategia innovadora

Científicos de la Universidad Nacional de Gyeongsang (China) lograron lo que por años ha sido uno de los grandes desafíos de la edición genética en plantas: hacer que las células reparen el ADN justo como los investigadores quieren. Usando una estrategia innovadora, aumentaron hasta 9,8 veces la eficiencia de CRISPR para introducir cambios precisos en el tomate, un avance que podría transformar la manera en que mejoramos nuestros alimentos.

ChileBio / 26 de septiembre, 2025.- La técnica CRISPR-Cas9 funciona como unas tijeras moleculares que cortan el ADN en un punto específico. Pero tras ese corte, la célula puede seguir dos caminos distintos para repararse. La mayoría de las veces se activa la “vía rápida” (cNHEJ), que sella la herida sin mayor cuidado y genera pequeñas alteraciones al azar. Mucho menos frecuente es la “vía precisa” (HR), que permite insertar cambios planificados siguiendo un molde de ADN, como si se siguiera un patrón exacto. El problema es que en las plantas casi siempre gana la reparación rápida, lo que limita las posibilidades de usar CRISPR para realizar modificaciones de “cirugía fina”.

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El nuevo estudio, publicado en Horticulture Research, probó una solución ingeniosa: introducir junto al sistema CRISPR una versión modificada de la proteína KU80, llamada KUDN, esencial para iniciar la reparación rápida. Esta proteína actúa como un freno que bloquea el camino fácil y obliga a la célula a reparar el ADN utilizando la ruta más precisa. El resultado fue sorprendente: las ediciones exactas aumentaron de manera significativa en distintos estadios del desarrollo, alcanzando casi diez veces más (9.8) eficiencia en plantas completas de tomate.

Los investigadores aplicaron la estrategia en genes clave como SlHKT1;2 (relacionado con la tolerancia a salinidad) y SlEPSPS1 (blanco de herbicidas), y lograron además insertar de manera exacta nueve bases en el gen SlCAB13. Esto demostró que es posible realizar cambios puntuales y controlados en el genoma, abriendo la puerta a variedades con resistencia a plagas, tolerancia a estrés ambiental o mejoras nutricionales, sin depender del azar.

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Aunque los experimentos se realizaron en tomate, la estrategia detrás de la técnica es aplicable a otros cultivos. Esto significa que la agricultura podría beneficiarse con un sistema que reduce tiempos de laboratorio, aumenta la precisión de los cambios y hace más accesible el desarrollo de nuevas variedades. En un contexto de cambio climático y creciente demanda de alimentos, este tipo de innovaciones se convierte en un aliado estratégico para la productividad y la sostenibilidad.

El futuro apunta a combinar diferentes enfoques que sigan aumentando la eficiencia del “gene targeting” en plantas. Si la edición genética ya es considerada una revolución en la biotecnología agrícola, avances como este la acercan aún más a convertirse en una herramienta cotidiana para enfrentar los grandes retos de la seguridad alimentaria.

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