La “revolución genética” en la agricultura impulsada por la edición del genoma puede ayudar a preservar el acceso a los alimentos tradicionales en el futuro, protegiéndolos de las amenazas ambientales, afirma Qu Dongyu, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Alliance for Science / 30 de octubre, 2024.- Los avances en la ciencia genética han llevado al mundo al “amanecer de una nueva era” y pueden impulsar soluciones a un espectro de desafíos globales interrelacionados, como garantizar la seguridad alimentaria, hacer frente a la crisis climática y proteger la biodiversidad, afirmó QU Dongyu, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAOI), en el Diálogo Internacional Borlaug de la ceremonia de apertura del Premio Mundial de la Alimentación 2024.
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“La revolución genética va más allá de aumentar los rendimientos”, afirmó Qu, señalando que hoy en día se puede aplicar de forma personalizada para mejorar la resistencia de las plantas y los animales a las plagas, las enfermedades y los factores de estrés ambiental, como las altas temperaturas, las sequías, las inundaciones, la salinidad del suelo y más.
Estos avances también podrían “acercar a las personas y las culturas”, añadió en su discurso inaugural, De la genética a la generación: ¿Qué depara el futuro a los sistemas agroalimentarios y la cultura alimentaria?.
El premio anual, en honor a Norman Borlaug, considerado uno de los padres de la Revolución Verde que sacó del hambre a cientos de millones de personas gracias a su trabajo sobre variedades de trigo de mayor rendimiento, fue otorgado este año a Geoffrey Hawtin y Cary Fowler, en reconocimiento a su extraordinaria contribución a la preservación y protección del patrimonio mundial de la biodiversidad de los cultivos, especialmente en la gestión y financiación de bancos de genes de cultivos en todo el planeta.
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Edición del genoma
La tecnología de edición genética acelera significativamente los procesos de mejoramiento genético, actuando más rápido que los métodos de cruzamiento, mejoramiento genético por mutación y la transgénesis, afirmó el Director General de la FAO, quien estudió el mejoramiento y la genética de las plantas e hizo importantes contribuciones a la comprensión del genoma de la papa.
La edición genética o del genoma es un término que engloba varias técnicas de biología molecular. La aparición de repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente intercaladas, conocidas como CRISPR, impulsó un rápido aumento de la investigación y las aplicaciones de la edición genética. La edición genética es más rápida y menos costosa que las formas más convencionales de cruzamiento de especies, lo que abre nuevos horizontes para cultivos y ganado adaptables al medio ambiente y sensibles a la nutrición que pueden proteger la biodiversidad genética y contribuir a la creación de sistemas agroalimentarios resilientes.
El Director General de la FAO destacó que la edición genética puede ser una bendición para la preservación y mejora de las características únicas de los alimentos locales e indígenas, manteniendo abierta una “ventana a nuestra humanidad” y convirtiéndose en “un puente entre el pasado y el futuro, conectando culturas alimentarias y fomentando la resiliencia compartida frente a los desafíos globales”.
Por esta razón, el Museo y Red de Alimentación y Agricultura de la FAO, que se inaugurará en 2025 en la Sede de la FAO en Roma para conmemorar el 80 aniversario de la fundación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), unirá las tecnologías y culturas alimentarias mundiales, mostrando las ricas tradiciones y los enfoques innovadores que han dado forma a la historia de los sistemas agroalimentarios a lo largo del tiempo.
Los expertos de la FAO han realizado importantes contribuciones a las conexiones entre la edición genética y la inocuidad alimentaria y los sistemas agroalimentarios en general.
Qu destacó que el Foro de Ciencia e Innovación, uno de los tres pilares del Foro Mundial de la Alimentación que la FAO organiza cada año en su sede de Roma, fue creado precisamente para que los Miembros y los asociados discutieran los beneficios y los riesgos de las tecnologías de vanguardia.
Es crucial que los beneficios se compartan de manera amplia y equitativa. También es esencial que los Miembros inviertan en el capital humano y social necesario para aprovechar al máximo las nuevas tecnologías, añadió.
Los nuevos ganadores del Premio Mundial de la Alimentación tienen una larga historia de compromiso con la FAO.
Geoffrey Hawtin, uno de los galardonados, desempeñó un papel clave en la negociación del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, que alberga la FAO, así como en la creación del Depósito Mundial de Semillas de Svalbard.
Cary Fowler, actualmente Enviado Especial de los Estados Unidos para la Seguridad Alimentaria Mundial, dirigió la Conferencia y Programa Internacional sobre Recursos Fitogenéticos de la FAO en la década de 1990 y fue el autor principal del Plan de Acción Mundial de la FAO para los Recursos Fitogenéticos.
Además del discurso inaugural de Qu, la ceremonia incluyó una mesa redonda sobre cómo lograr un mundo sin hambre, en la que participaron Ajay Banga, presidente del Grupo del Banco Mundial, y Akinwumi Adesina, presidente del Banco Africano de Desarrollo.