Las plantas de cacao, materia prima del chocolate, están bajo amenaza de gran devastación debido a temperaturas más cálidas y condiciones climáticas más secas que afectarán al planeta en el presente siglo.
Debido a esto, científicos de la Universidad de California se han unido con la compañía Mars (productora de alimentos y productos con chocolate) para intentar salvar el cultivo antes de que sea demasiado tarde.
Están explorando la posibilidad de utilizar la tecnología de edición genética con CRISPR para crear cultivos que puedan sobrevivir a los nuevos desafíos climáticos.
Más allá de las relucientes paredes de vidrio y arenisca del nuevo edificio de biociencias de la Universidad de California, filas de diminutas plántulas de cacao verde en invernaderos refrigerados esperan el “día del juicio”.
Bajo la atenta mirada de Myeong-Je Cho, directora de genómica vegetal de un instituto que trabaja con la empresa Mars, las plantas se transformarán genéticamente. Si todo va bien, estas pequeñas plántulas pronto serán capaces de sobrevivir y prosperar en el clima más cálido y seco que está preocupando a los agricultores de todo el mundo.
Todo es gracias a una nueva tecnología llamada CRISPR, que permite realizar pequeños y precisos ajustes al ADN cómo nunca antes habían sido posibles. Estos ajustes ya se están utilizando para hacer cultivos más baratos y más confiables. Pero su uso más importante puede ser en el mundo en desarrollo, donde muchas de las plantas en las que la gente confía para evitar el hambre se ven amenazadas por los impactos del cambio climático, que incluyen más plagas y falta de agua.
Las plantas de cacao ocupan una posición precaria en el globo. Solo pueden crecer dentro de una estrecha franja de selva a unos 20 grados al norte y al sur del ecuador, donde la temperatura, la lluvia y la humedad permanecen relativamente constantes durante todo el año. Más de la mitad del chocolate del mundo actualmente proviene de solo dos países de África occidental: Costa de Marfil y Ghana.
Pero esas áreas no serán adecuadas para el chocolate en las próximas décadas. Para el año 2050, el aumento de las temperaturas empujará a las regiones productoras de chocolate de hoy a más de 1,000 pies de altura hacia el terreno montañoso, gran parte del cual se conserva actualmente para la vida silvestre, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU.
Mars, la corporación de $ 35 mil millones conocida por Snickers, es consciente de estos problemas y otros presentados por el cambio climático.
En septiembre, la compañía prometió mil millones de dólares como parte de un esfuerzo llamado «Sostenibilidad en una generación», que tiene como objetivo reducir la huella de carbono de su negocio y cadena de suministro en más del 60% para 2050.
«Estamos tratando de llegar por todos lados», le dijo a Business Insider Barry Parkin, director de sustentabilidad de Mars. «Obviamente hay compromisos en los que el mundo se está inclinando, pero, francamente, no creemos que lleguemos allí lo suficientemente rápido».
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Su iniciativa con Cho en UC Berkeley es otro brazo de ese esfuerzo. Si todo sale según lo planeado, podrían desarrollar plantas de cacao que no se marchiten o se pudran a sus elevaciones actuales, eliminando la necesidad de reubicar granjas o encontrar otro enfoque.
Inovative Genomics Institute / University of California at Berkeley
Jennifer Doudna, la genetista de UC Berkeley que inventó el sistema de edición génica con CRISPR, está supervisando la colaboración con Mars. Aunque su herramienta ha recibido más atención por su potencial para erradicar las enfermedades humanas y crear los llamados «bebés de diseño», Doudna cree que sus aplicaciones más profundas no serán en los humanos sino en los alimentos que se consumen.
Doudna, aparte de científica es una hábil jardinera de tomate, y cree que su herramienta puede beneficiar a todos, desde las grandes compañías de alimentos como Mars hasta a aficionados individuales como ella. «Personalmente, me encantaría una planta de tomate con fruta que permanezca en la mata por más tiempo», le dijo Doudna a Business Insider.
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El laboratorio de investigación que supervisa en UC Berkeley se llama Innovative Genomics Institute (IGI). Muchos de los esfuerzos de los estudiantes de posgrado allí se centran en el uso de CRISPR para beneficiar a los pequeños agricultores en el mundo en desarrollo. Uno de estos proyectos tiene como objetivo proteger la yuca (un cultivo clave que evita que millones de personas mueran de hambre cada año en países en desarrollo) del cambio climático modificando su ADN para producir menos de una toxina peligrosa que produce a temperaturas más altas.
Doudna fundó una compañía llamada Caribou Biosciences para poner en práctica CRISPR, y también ha licenciado la tecnología a la empresa agrícola DuPont Pioneer para su uso en cultivos como el maíz y en hongos.
Brian Staskawicz, profesor de Biología Vegetal y Microbiana en UC Berkeley, es el director científico del programa de genómica agrícola del IGI. Junto con Myeong-Je Cho, Staskawicz lidera el equipo que trabaja para generar cultivos sostenibles que apoyarán a nuestra creciente población mundial y resistirán las amenazas existentes y emergentes, desde el cambio climático hasta los patógenos de las plantas. «El cacao puede verse afectado por varias condiciones devastadoras», dice Staskawicz. «Estamos desarrollando tecnologías de edición con CRISPR para alterar el ADN en las plantas de cacao y volverlas más resistentes a las enfermedades víricas y fúngicas».
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Staskawicz espera que las lecciones aprendidas del proyecto de cacao puedan extenderse también a otras especies de cultivos. «Estrategias similares deberían ser útiles para proteger una variedad de plantas de infecciones, incluidos cultivos importantes como la mandioca, el arroz y el trigo».
Sin importar en qué cultivo el público vea que CRISPR sea usado con éxito en primer lugar, la tecnología será una herramienta clave en un arsenal creciente de técnicas que necesitaremos si planeamos continuar comiendo cosas como el chocolate a medida que el planeta se calienta.