Las manzanas árticas han sido modificadas genéticamente para evitar la oxidación durante al menos tres semanas, lo que podría disminuir el desperdicio de fruta en la cadena de producción. Se comercializarán en 400 establecimientos de EEUU y no llevarán ningún distintivo que las identifique como OGM, a excepción de un código QR.
La mayor compañía de biología sintética de Estados Unidos planea empezar a comercializar este otoño manzanas modificadas genéticamente por primera vez, pero no serán etiquetadas como organismos modificados genéticamente (OGM).
Las denominadas manzanas árticas (Arctic Apples), de la variedad golden, están genéticamente alteradas para que no se oxiden, y se venderán ya cortadas en trozos y embolsadas en hasta 400 tiendas, según la compañía. Este lanzamiento es la primera prueba importante de un OMG cuya modificación está destinada a atraer a los consumidores, y no a ayudar a los agricultores a aumentar la producción. Las manzanas modificadas fueron desarrolladas por Okanagan Specialty Fruits, una compañía privada adquirida por unos 35 millones de euros en 2015 por empresa de biotecnología de Maryland (EEUU) Intrexon. Otras divisiones de esa compañía ya comercializan salmón genéticamente modificado, ganado clonado y mosquitos que se autodestruyen.
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La compañía planea vender las manzanas como bolsas de fruta precortadas, y afirma que el producto no llevará ningún distintivo en la etiqueta que mencione que han sido «realizadas con ingeniería genética» ni vendrán con ningún otro embalaje que las identifique como OMG. En su lugar, tal y como permite una ley de etiquetado de 2016, habrá un código QR que enlace a una página web con información detallada sobre cómo se hicieron las manzanas.
Durante una presentación en San Francisco (EEUU), el fundador de Okanagan, Neal Carter, admitió: «No queríamos poner ‘OGM’, un par de tibias y una calavera en el paquete».
Un paquete de rebanadas de manzana deliciosas de oro. La fruta ha sido modificada genéticamente para queFoto: Un paquete de trozos de manzanas golden. Los frutos han sido modificados genéticamente para que no se oxiden.
La manzana genéticamente modificada es en parte notable porque Carter, un cultivador de manzanas e innovador agrícola, la desarrolló independientemente y obtuvo la aprobación regulatoria para venderla. La mayor parte de los OMG han sido desarrollados y comercializados como semillas por grandes corporaciones como Monsanto y DuPont, y la mayoría son cultivos de gran superficie como la soja y el maíz.
Usando una técnica llamada silenciamiento génico, Carter y su equipo de investigación manipularon el ADN de la manzana para producir menos polifenol oxidasa, o PPO, la enzima que hace que la pulpa se vuelva marrón. Carter sostiene que las rebanadas de manzanas manipuladas pueden no empezar a oscurecerse hasta pasadas tres semanas.
Para algunos, la ralentización genética del proceso de oxidación de las manzanas podría parecer una solución necesitada de un problema. Los trozos de manzana que se venden actualmente ya se conservan gracias a una mezcla de calcio y vitamina C, que les impide oscurecerse el tiempo suficiente para que puedan mandarse a través de Amazon. En casa, muchos cocineros saben que un chorrito de jugo de limón consigue el mismo efecto, al menos por unas pocas horas.
Los grupos que se oponen a los OGM han protestado contra la introducción de las manzanas de Okanagan y han presionado a las compañías de alimentos, incluyendo a Burger King, para que no las vendan. Amigos de la Tierra dijo a The Independent que la manzana ártica «no está lo suficientemente estudiada, no lleva etiqueta y es innecesaria». Debido a la oposición generalizada, los alimentos modificados genéticamente están sujetos a una serie de reglas de etiquetado e incluso a prohibiciones absolutas en todo el mundo .
Pero el profesor de economía agrícola y de recursos en la Universidad de California en Berkeley (EEUU) David Zilberman dice que la manzana no presenta ningún riesgo para la salud y que la decisión de Okanagan de un etiquetado discreto está justificada. El experto defiende: «Los cigarrillos tienen una enorme [etiqueta], pero los OGM no son cigarrillos, no es veneno. No hay nada malo en esto desde ninguna perspectiva. Veamos qué pasa. Puede que haya más aceptación de los productos modificados genéticamente».
Carter, que está ansioso por entrar al debate contra las críticas, dice que la fruta no oxidada podría aumentar las ventas de manzanas y reducir su desperdicio. Según las Naciones Unidas, alrededor del 45% de las frutas y hortalizas cultivadas son desechadas. Los residuos los producen los minoristas durante la recolección o el envío, y cuando caen en mano de niños y adultos exigentes.
El reto más grande de Carter será coger un trozo del pastel del mercado de la manzana. Detalla que actualmente la superficie cubierta con manzanos árticos es de 2,5 kilómetros cuadrados, y espera elevar la cifra a al menos 14 kilómetros cuadrados para 2019. En todo Estados Unidos hay más de 1.300 kilómetros cuadrados con plantaciones de manzanos.
Carter se negó a revelar el precio de las bolsas de fruta en rodajas, pero los paquetes de rodajas de manzana convencionales se venden entre 2,5 euros y 4,25 euros. El responsable concluye: «En los próximos dos meses vamos a aprender mucho. Desde esa perspectiva, es aterrador».