Hemos consumido alimentos transgénicos durante dos décadas desde que se autorizaron comercialmente los primeros cultivos genéticamente modificados (GM) en 1996. Estos se han cultivado en 30 países sumando aproximadamente 2 mil millones de hectáreas [1], se han autorizado en más de 60, y se consumen en todo el mundo sin haber estudios ni reportes reproducibles sobre daño a la salud. A pesar de esto, a menudo surgen dudas en la opinión pública sobre la inocuidad de los alimentos derivados de cultivos GM en la salud humana, especialmente sobre su impacto de consumo a largo plazo.
Antes de responder la pregunta inicial, se debe considerar el historial de seguridad de las dos principales características encontradas en los cultivos GM comerciales, que son la resistencia a insectos y la tolerancia a herbicidas. La primera, se logra mayormente por la expresión de un tipo de proteína Bt [2], la cual se ha usado sin problemas en agricultura orgánica y convencional desde la década de 1920 [3]. En el segundo caso, se inserta un gen que otorga tolerancia generalmente al herbicida glifosato, que también cuenta con un historial de uso seguro desde 1974 en agricultura convencional, y desde 1996 en cultivos GM [4][5].
A pesar de esto, cada cultivo transgénico, o para ser más precisos, cada “evento” (inserción particular del nuevo gen que origina la planta transgénica) es obligatoriamente evaluado caso a caso durante un proceso regulatorio que toma al menos una década antes de su comercialización [6] – y cada país cuenta con sus propias agencias regulatorias que analizan la inocuidad ambiental y alimentaria del cultivo GM.
Para el caso de inocuidad alimentaria, se evalúa principalmente que la nueva proteína expresada no sea alergénica, que no sea tóxica, y que sea degradable en la digestión – normalmente esto se analiza en estudios de laboratorio con animales durante 3 meses. Este periodo de tiempo que no solo se aplica para cultivos GM, sino también a muchos otros productos, es el estándar prescrito por las autoridades científicas [7] internacionales de la OCDE, y es recomendado [8] por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Estudios que superen este periodo solo se recomiendan si al final de los 90 días aún quedan dudas razonables que responder [9].
Sin embargo, existen varios estudios a largo plazo sobre la inocuidad de estos cultivos. Por ejemplo, un meta-análisis del año 2012 que recopiló 12 estudios de largo plazo (desde 90 días hasta 2 años) y multigeneracionales (2 a 5 generaciones promedio) en diversas especies animales, no encontró diferencias significativas con los cultivos convencionales y concluye que “las plantas GM son nutricionalmente equivalentes a sus contrapartes no transgénicas y se pueden utilizar con seguridad en los alimentos y los piensos animales” [10]. Hay otros estudios de largo plazo y multigeneracionales con diversos animales [11], incluso de más de 10 generaciones [12], que no han encontrado impacto negativos a la salud por consumo de cultivos GM.
Desde Europa ha surgido un amplio cuerpo de evidencia sobre la inocuidad de los cultivos GM a largo plazo:
- Comisión Europea (2010): Ha financiado 130 proyectos de bioseguridad de OGMs con más de 500 grupos de investigación independiente a lo largo de 25 años. Su conclusión es que “no hay pruebas científicas que asocien a los organismos genéticamente modificados con riesgos más altos para el medio ambiente o la seguridad alimentaria que las plantas y organismos convencionales” [13].
- Ministerio de Agricultura, Alimentación y Políticas Forestales de Italia y Universidad de Perugia (2013): Alessandro Nicolia junto a otros investigadores de la entidad pública recopilaron y evaluaron 1783 trabajos de investigación publicados entre 2002 y 2012, los cuales abarcan la inocuidad alimentaria y ambiental de los OGMs, además de aspectos generales de la tecnología. Se concluyó que “en la investigación científica llevada a cabo a la fecha no se han detectado riesgos significativos relacionados directamente con el uso de cultivos modificados genéticamente” [14].
- Ministerio Federal de Investigación y Educación, Alemania (2014): Desde la década de 1980 hasta el año 2013 financió más de 300 proyectos, 120 de ellos en bioseguridad de cultivos GM, donde se involucraron más de 60 universidades e instituciones de investigación. Se concluyó que “los resultados de 25 años de estudio demuestran que no hay más riesgo en cultivar OGMs que en los cultivos convencionales” [15].
Existe además una gran cantidad de estudios enfocados en los efectos de los piensos GM en la salud de animales de ganadería. Por ejemplo, en 2014 se publicó un estudio que analizaba literatura científica sobre el rendimiento y la salud de los animales que consumen piensos con ingredientes derivados de cultivos GM; se recopilaron los datos de productividad y salud del ganado desde 1983, antes de la introducción comercial de los cultivos GM en 1996, y posteriormente hasta 2011, período con altos niveles de predominantemente alimentación animal transgénica. Se concluyó que “este conjunto de datos de campo que representa a más de 100 mil millones de animales después de la introducción de los cultivos GM, no reveló tendencias desfavorables o perturbadoras en la salud del ganado y la productividad” [16].
En 2015 IPAFEED (organización financiada por la Comisión Europea) publicó una base de datos de acceso libre con más de 3000 trabajos de investigación – incluyendo más de 80 estudios que superan los dos años de duración. Las conclusiones de estos estudios no han encontrado evidencia de efectos adversos para la salud o contaminación transgénica de productos lácteos [17].
Recientemente en 2016, las Academias de Ciencia, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos publicaron una amplia revisión de más de 900 estudios de los últimos 30 años sobre los cultivos GM, concluyendo que son seguros para la salud y el medio ambiente, y además, encontraron evidencia de beneficios económicos y ambientales [18].
¿Conflicto de interés?
A pesar de la amplia evidencia demostrada, también surgen en la opinión pública ciertas dudas con respecto a eventuales conflictos de interés en la ejecución de estos estudios. En este caso, se puede analizar, por ejemplo, la base de datos GENERA, administrada por científicos del sector público estadounidense. Han recopilado más de 1200 estudios revisados por pares que analizan los posibles riesgos así como beneficios de los cultivos GM. En una fase de prueba beta se analizó el conflicto de interés de 400 estudios seleccionados al azar, y se observó que alrededor de la mitad fueron financiados por organismos gubernamentales (mayormente de Europa y Asia, seguido por Norteamérica y Oceanía) así como organizaciones independientes sin ánimo de lucro [19].
Un estudio con el mismo objetivo fue publicado en 2015, en el cual se revisó el conflicto de interés (COI) de casi 700 publicaciones importantes sobre inocuidad alimentaria de cultivos GM publicadas entre 1993 y 2014. Se observó que un 58,3% del total de publicaciones no tenía COI tanto de afiliación profesional del autor como del origen del financiamiento [20], es decir, fueron llevados a cabo por científicos independientes.
Finalmente, cabe mencionar que al haberse modificado genéticamente los cultivos por miles de años, usando distintos métodos, se debe enmarcar la pregunta inicial en términos de riesgo relativo: ¿Cuan seguros podemos estar cuando se trata de los efectos en la salud a largo plazo por el consumo de OGMs? Al igual que con la mayoría de las cosas no es posible ni razonable exigir un 100% de certeza. Sin embargo, la amplia investigación realizada desde que se creó la primera planta transgénica en 1982 [21], junto con el conocimiento de la fisiología humana y vegetal, apunta a un uso seguro a largo plazo de la ingeniería genética como una herramienta de mejoramiento de plantas para uso en alimentación humana y animal.
[/cmsms_text] [cmsms_table animation=»bounceInUp» animation_delay=»0″][cmsms_tr type=»header»][cmsms_td type=»header»]Referencias:[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]1.- James, Clive. 2014. Global Status of Commercialized Biotech/GM Crops: 2014. ISAAA Brief No. 49. ISAAA: Ithaca, NY.[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]2.- ISAAA, 2014. Pocket K No. 6: Bt Insect Resistant Technology. Disponible en: http://www.isaaa.org/resources/publications/pocketk/6/default.asp[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]3.- Lemaux, Peggy G. (2008). “Genetically Engineered Plants and Foods: A Scientist’s Analysis of the Issues (Part I)”. Annual Review of Plant Biology, 59: 771 812.doi:10.1146/annurev.arplant.58.032806.103840[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]4.- EPA (September, 1993). Registration Decision Fact Sheet for Glyphosate (EPA-738-F-93-011). R.E.D. FACTS. Retrieved: November 29, 2015. Disponible en: http://www3.epa.gov/pesticides/chem_search/reg_actions/reregistration/red_PC-417300_1-Sep-93.pdf[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]5.- EFSA (European Food Safety Authority), 2015. Conclusion on the peer review of the pesticide risk assessment of the active substance glyphosate. EFSA Journal 2015; 13(11):4302, 107 pp. doi:10.2903/j.efsa.2015.4302[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]6.- Phillips McDougall, 2011. “The cost and time involved in the discovery, development and authorisation of a new plant biotechnology derived trait”. A Consultancy Study for Crop Life International. Disponible en: https://croplife.org/wp-content/uploads/2014/04/Getting-a-Biotech-Crop-to-Market-Phillips-McDougall-Study.pdf[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]7.- OECD, (Organisation for Economic Co-operation and Development) Section 4 (Part 408), Health Effects: Repeated Dose 90-Day Oral Toxicity Study in Rodents, Guideline for the Testing of Chemicals OECD, Paris, France (1998).[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]8.- EFSA, 2008. Safety and nutritional assessment of GM plants and derived food and feed: the role of animal feeding trials. Food and Chemical Toxicology, 46, pp. S2–S70[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]9.- Ricroch, A. (2013).Assessment of GE food safety using ‘-omics’ techniques and long-term animal feeding studies. New Biotechnology, 30 (4):349-354[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]10.- Snell et al. (2012). Assessment of the health impact of GM plant diets in long-term and multigenerational animal feeding trials: A literature review. Food and Chemical Toxicology, 50(3-4):1134-1148[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]11.- Skeptic Inc, 2012. A Survey of Long Term GMO Food Studies. Disponible en: http://www.skepticink.com/smilodonsretreat/2012/10/24/a-survey-of-long-term-gm-food-studies/[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]12.- Flachowskya, G., Halle, I., Aurich, K. (2005). Long term feeding of Bt-corn – a ten-generation study with quails. Archives of Animal Nutrition, 59 (6): 449-451[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]13.- European Commission, 2010. A decade of EU-funded GMO research (2001 – 2010). Disponible en: http://ec.europa.eu/research/biosociety/pdf/a_decade_of_eu-funded_gmo_research.pdf[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]14.- Nicolia et al. (2013). An overview of the last 10 years of genetically engineered crop safety research. Critical Reviews in Biotechnology, 34 (1): 77-88[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]15.- Ministerio Federal de Educación e Investigación (BMBF), 2014. «25 Jahre BMBF-Forschungsprogramme zur biologischen Sicherheitsforschung». Disponible en: http://www.bmbf.de/pub/Biologische_Sicherheitsforschung.pdf[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]16.- Van Eenennaam et al. (2014). Prevalence and impacts of genetically engineered feedstuffs on livestock populations. Journal of Animal Science, 92 (10): 4255-4278[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]17.- Information Platform for Animal Health and GM Feed (IPAFEED), 2015. Disponible en: http://www.ipafeed.eu/[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]18.- National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine. 2016. Genetically Engineered Crops: Experiences and Prospects. Washington, DC: The National Academies Press. doi: 10.17226/23395.[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]19. Biology Fortified, 2014. «New resource shows half of GMO research is independent» (2014). GENetic Engineering Risk Atlas (GENERA). Disponible en: http://www.biofortified.org/2014/08/announcing-the-launch-of-the-genera-beta-test/[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]20.- Sánchez, M. (2015). Conflict of interests and evidence base for GM crops food/feed safety research. Nature Biotechnology, 33: 135–137[/cmsms_td][/cmsms_tr][cmsms_tr][cmsms_td]21.- Fraley, RT et al. (1983) Expression of bacterial genes in plant cells. Proceedings of the National Academies of Sciences USA, 80: 4803–4807[/cmsms_td][/cmsms_tr][/cmsms_table][/cmsms_column][/cmsms_row]