En el departamento de Ganado Bovino de Leche, de la Facultad de Ciencias Veterinarias (FCV), de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) de Paraguay profesionales y estudiantes llevaron adelante experiencias con cultivos de maíz genéticamente modificado (GM).
Mediante un trabajo de tesis, los expertos tomaron como punto de partida el crecimiento de la biotecnología en la agricultura y los avances de las variedades GM o transgénicas y realizaron un trabajo de tesis que comparó al maíz GM BT3 con el híbrido BR106. El trabajo consistió en determinar la productividad de cada variedad en parcelas que recibieron tratamientos con fertilizantes químicos y otras que no.
El resultado fue un mayor desarrollo en los cultivos tratados con fertilizantes. En cuanto al ataque de insectos, los híbridos sin fertilización, se vieron notablemente afectados, mientras que las variedades GM soportaron mejor a las plagas. El ataque se dio a los 30 días de haberse establecido el cultivo, en plena etapa de desarrollo, tanto en híbridos como en la variedad transgénica.
El maíz GM BT3 tiene una triple protección en el cultivo: resistencia a los insectos de suelo, plagas principales como la diabrótica (comúnmente conocida como la Vaquitade San Antonio); tiene, además, una tecnología que permite controlar a todos los insectos de la parte aérea, sobre todo, los lepidópteros, como la Hespodóptera fugiperda; y el control sobre la diatrea (barrenador del tallo). La ventaja adicional es la resistencia a herbicidas (glifosato), que se utilizan en el control de malezas en los cultivos.
Rendimientos por hectárea
La siembra de semillas se hizo a 40 cm entre plantas y 50 cm entre hileras, lo que permitió cultivar 50.000 plantas por hectárea. Esta superficie y su producción ya es posible su uso como forraje picado. En lo que refiere a ensilaje, se requiere de una superficie relativamente más grande.
Según los datos de rendimiento, cada planta pesa 850 g, aproximadamente, incluida la mazorca. El resultado, tomando las 50.000 plantas por hectárea, es de 45.000 a 46.000 kg. de forraje para el animal. Dicha productividad es importantísima en maíz, debido a que un cultivo ensilado llega a rendimientos de 30.000 y 40.000 kg. De esta manera, la tecnología del maíz GM permite alcanzar mayores rendimientos.
En el trabajo también se analizó la importancia de la fertilización –tanto en los cultivos GM como en los convencionales-, pues esta es de vital importancia pues es necesario brindar al suelo los nutrientes necesarios. Los cultivos con hojas amarillas indican la falta de nitrógeno y proteína; esto significará un maíz menos nutritivo. Los cultivares de follaje bien verde y mayor tamaño de espiga, con más cargado de semillas, son un indicador de un buen tratamiento de suelo.
Donde no hay fertilización, el rendimiento será mucho más bajo, alcanzando los 10.000 a 15.000 kg/ha en planta entera. En los sectores bien fertilizados, es posible llegar a los 40.000 y 50.000 kg de forraje fresco. Cuanto mayor sea el rendimiento, será posible alimentar a más cantidad de animales en menor superficie de terreno.
Los cultivos GM son una alternativa que ofrece a los agricultores un mayor rendimiento (debido a la reducción de pérdidas) de sus cultivos y una agricultura más amigable y sostenible con el ambiente.
**Los expertos que hicieron parte del estudio son: Dr. Nery Alonso, Docente de la FCV-UNA; Ing. Agr. Miguel Leiva, Especialista en cultivos extensivos; e Ismael Benítez Especialista en cultivos extensivos.
Fuente: AgroBio (http://www.agrobio.org/fend/index.php?op=YXA9I2NIVmliR2xqWVdOcGIyND0maW09I05UQT0maT0jTVRFd09BPT0=)