Debido a la posición tan radical de la Unión Europea (UE) frente a los cultivos transgénicos, los agricultores europeos están siendo desplazados en el competitivo mercado mundial de granos. Esto no sólo significa menos competitividad para el bloque, sino que además desalienta la investigación y la producción de cultivos de alto rendimiento y resistentes a las plagas.
Hasta la fecha, la UE sólo ha aprobado dos cultivos transgénicos para ser sembrados en su territorio: el maíz MON810, el cual es resistente al ataque de los insectos, y la papa Amflora, (produce más almidón) la cual es destinada para uso industrial.
Recientemente, una moratoria impuesta por Francia, fue anulada por razones legales en noviembre, debido a que no se justificó por parte del gobierno francés (con pruebas, estudios de base científica, entre otros) dicha moratoria; no se demostró que este maíz transgénico fuera perjudicial para la salud humana, los animales y/o el medio ambiente.
De acuerdo con Fabien Lagarde, director de Cetiom –un instituto técnico francés especializado en oleaginosas-, “está claro que en continentes en los que tienen acceso a estas técnicas de transgénicos, trabajarán más rápido que en Europa». Y agregó, “por esto Europa perderá en términos de competitividad con el resto del mundo, notablemente en el maíz».
El grupo de la industria agrícola francesa AGPM proporcionó datos sobre los resultados del uso de maíz MON810 en más de 22.000 hectáreas en el 2007, un año antes que Francia impusiera su moratoria. La variedad genéticamente modificada impidió una pérdida promedio en rendimiento ante plagas de 0,5 toneladas por hectárea, una ventaja que vale alrededor de 100 euros por ha.
Según Cédric Poeydomenge, vicedirector de AGPM, esto incluyó el costo adicional de 35 a 40 euros por hectárea de las semillas genéticamente modificadas frente a las convencionales. Además, este maíz transgénico ayudó a productores a ahorrar 8.800 litros de pesticidas y 30.000 litros de combustibles.
Europa y los transgénicos en el 2011:
De acuerdo con el más reciente informe del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotencológicas –Isaaa-, el año pasado ocho (8) países de Europa sembraron cultivos biotecnológicos.
En el primer lugar se ubica España con un poco más de cien mil hectáreas de maíz GM, le siguen Portugal, República Checa, Polonia, Eslovaquia y Rumania con menos de cien mil hectáreas. Los últimos dos países son Suecia y Alemania con menos de cien mil hectáreas de papa (Amflora).
Muchos agricultores consideran que pierden la oportunidad de ser más competitivos debido a la regulación tan estricta de la UE y que no les brinda diversas opciones para que ellos escojan la herramienta que consideren mejor para sus necesidades.
Fuente: AgroBIO