Las más de 600.000 hectáreas sembradas con cultivos transgénicos en España en los últimos trece años solo han originado presencias accidentales puntuales en seis hectáreas de maíz orgánico. Estas trazas fueron en todos los casos inferiores al umbral de etiquetado del 0,9% exigido en la Unión Europea.
Según los datos presentados por las Comunidades Autónomas al Comité de Participación de Organismos Genéticamente Modificados (OGMs) coordinado por el Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino (MARM), después de 13 años de cultivos transgénicos en España, con una superficie acumulada superior a 600.000 hectáreas, no hay constancia de problemas de coexistencia con maíz orgánico en 13 Comunidades Autónomas.
Estos datos son resultado de la consulta realizada por las Comunidades Autónomas sobre problemas de coexistencia solicitada en la última reunión del Comité de Participación de OGMs por parte de los representantes de las ONGs.
Durante los últimos 5 años tan sólo se han detectado en Cataluña trazas irrelevantes de maíz transgénico en 4 campos de maíz orgánico que ocuparon 6 hectáreas de superficie con trazas que no superaron en ningún caso 0,42%. Hay que recordar que la normativa europea fija el límite del 0,9% para trazas de componentes transgénicos en todos los alimentos –incluidos los orgánicos- por debajo del cual no se requiere etiquetado como transgénico.
Sin embargo, en este aspecto el sector orgánico europeo se ha autoimpuesto la tolerancia cero, una norma que contrasta con otras más flexibles que permiten el uso de semillas no orgánicas si no se dispone de ellas en el mercado o que permite etiquetar como orgánicos alimentos que contengan hasta un 5% de componentes no orgánicos (Reglamento (CE) Nº 834/2007).
Según reflejaba el último estudio sobre “Semillas de maíz Bt en España” (maíz GM resistente a insectos) realizado por el Instituto MARkin para la Fundación Antama (novimbre 2010), ningún agricultor había tenido problemas en la última campaña por cuestiones de coexistencia. En esta línea, el 100% de los agricultores afirmaba conocer las recomendaciones para la coexistencia armoniosa de cultivos.
Con la experiencia de 13 años de coexistencia sin problemas entre maíz transgénico y orgánico, y con las normas europeas de trazabilidad y etiquetado, se garantiza la libertad de elección para agricultores y consumidores.
Fuente: Fundación Antama