Al cultivar OGMs, Motlatsi Musi, un agricultor sudafricano de maíz, porotos y papas, vive muy por encima de la línea de pobreza, en una buena casa, con abundante comida para su familia y suficiente dinero para educar a sus hijos. Esta situación de avance social y económico se replica con miles de agricultores en países en desarrollo que han podido optar por esta tecnología según un nuevo estudio.