Un proyecto emblemático de la iniciativa «Climate Grand Challenges» tiene como objetivo reducir las emisiones provocadas por la agricultura y hacer que los cultivos alimentarios sean más resistentes y nutritivos. Entre los esfuerzo se incluye el uso de la modificación genética para desarrollar semillas más robustas que transmitan el mismo rasgo de generación en generación, y cereales clave como trigo, arroz o maíz capaces de crear su propio fertilizante a través de una relación simbiótica con microbios fijadores de nitrógeno (como lo hacen las leguminosas).
Estudio español desmonta (nuevamente) los mitos en contra de los cultivos transgénicos
“La ciencia no ha evidenciado ningún daño por el uso de cultivos transgénicos”, escriben los autores del estudio. “En cambio, ha documentado los beneficios económicos, ambientales y de salud por su comercialización», agregan.