Una investigación internacional dirigida por la Universidad de Kioto ha logrado secuenciar con alta precisión el genoma del trigo sarraceno, un paso crítico para entender la evolución y orígenes de este antiguo «cultivo huérfano». Además, mediante edición del genoma desarrollaron con éxito una variedad de trigo sarraceno autofértil, así como un nuevo tipo de cultivo con una textura pegajosa parecida al mochi.