Investigadores del Instituto Boyce Thompson (BTI) y la Universidad de Cornell completaron el primer estudio para proporcionar una imagen completa de los cambios en la expresión génica en respuesta al estrés hídrico en el tomate, identificando genes que podrían ayudar a los fitomejoradores a desarrollar frutas (incluyendo uvas, manzanas y frutas carnosas en general) que puedan hacer frente a condiciones de sequía.