La decisión es la más reciente señal del creciente interés internacional en trigo con mayor tolerancia a las sequías, a medida que condiciones más extremas vinculadas al cambio climático incrementan el riesgo de hambrunas en el mundo.
¿Puede la edición genética ayudar a los agricultores a satisfacer la creciente demanda de alimentos?
La startup israelí BetterSeeds utiliza la tecnología CRISPR para hacer frente a una crisis mundial creciente. Partió con edición genética en híbridos de cannabis, y ahora trabaja en legumbres resistentes al estrés climático, y árboles frutales de mejor arquitectura para recolección mecanizada con cosechas estacionales en lugar de perennes, además de adelantar la madurez del árbol al año en lugar de cinco o seis años.
Cultivos que se auto-fertilizan y transmiten «vigor híbrido» a su descendencia como herramientas contra el cambio climático
Un proyecto emblemático de la iniciativa «Climate Grand Challenges» tiene como objetivo reducir las emisiones provocadas por la agricultura y hacer que los cultivos alimentarios sean más resistentes y nutritivos. Entre los esfuerzo se incluye el uso de la modificación genética para desarrollar semillas más robustas que transmitan el mismo rasgo de generación en generación, y cereales clave como trigo, arroz o maíz capaces de crear su propio fertilizante a través de una relación simbiótica con microbios fijadores de nitrógeno (como lo hacen las leguminosas).