Empresas como Berkely Yeast editan el ADN de cepas de levadura para eliminar o agregar un determinado gen. Algunas han sido mejoradas para brindar el sabor de maracuyá y guayaba, más confiable y sostenible que usar las frutas reales, y mejor que usar sabores artificiales. Hay una gran variedad de aplicaciones posibles, y en general, ayudan a reducir el uso de agua y tierras.