Dado que la agricultura emite una fracción importante (14%) de los gases de efecto invernadero como el CO2, a nivel mundial se están buscando e implementando estrategias que permitan disminuir esto y hacer de la agricultura una actividad más sustentable. Los datos publicados a la fecha en revistas científicas (revisadas por pares) indican que los cultivos transgénicos han contribuido a reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera de las siguientes maneras:
• Los cultivos transgénicos necesitan menos aplicaciones de plaguicidas, con lo cual se reduce el consumo de combustibles fósiles (tractores) y, por tanto, las emisiones de CO2.
• El aumento de la productividad de los cultivos transgénicos (229 millones de toneladas adicionales de alimentos, forrajes y fibras entre 1996-2009 en comparación a la agricultura convencional) convierte a la biotecnología agrícola en un factor de ahorro de suelo y reducción de la deforestación y de las emisiones de CO2.
• Los cultivos transgénicos tolerantes a herbicidas favorecen la producción sin labranza, lo cual reduce a su vez la pérdida de carbono del suelo y las emisiones de CO2.
• Los cultivos transgénicos tolerantes a herbicidas reducen las roturaciones, con lo que se ahorra agua, se reduce la erosión del suelo y se favorece la acumulación de materia orgánica que fija el carbono en el suelo y reduce las emisiones de CO2.
• Los cultivos transgénicos pueden modificarse más rápidamente que los convencionales, lo cual permite aplicar una estrategia de «agilizar el desarrollo» para adaptarse a los cambios más rápidos, frecuentes y severos relacionados con la variación y variabilidad de las condiciones climáticas.
Fuente: ISAAA