El Dr. Junqi Song, un patólogo en las instalaciones de investigación de AgriLife en Dallas, explora cómo el enfoque de edición de genes puede conducir a una mejor resistencia a enfermedades en una amplia gama de plantas de cultivo.Su equipo se enfoca especialmente en la enfermedad del tizón tardío en tomates y papas. Los cultivos crecidos en Texas son parte de un valor de producción nacional de casi $6 mil millones de dólares, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).«La mayoría de los éxitos con resistencia a amplio espectro de enfermedades hasta ahora han resultado de un silenciamiento con edición genética, donde ciertos genes se apagan para provocar los comportamientos deseados en una planta sujeto», dijo Song. «Pero los éxitos de la edición eliminatoria tienen un costo para muchos otros aspectos de la salud física de la planta y otras características».[Recomendado: Edición genética con CRISPR: Una nueva caja de herramientas para mejorar los cultivos agrícolas]
Como alternativa a la desactivación de genes, el equipo de Song, utilizando una tecnología emergente conocida como sistema CRISPR/Cas9, introducirá o activará un conjunto específico de reguladores genéticos. Él cree que los reguladores descubiertos por su equipo le permitirán aumentar la resistencia a las enfermedades sin dañar la planta sujeto.
«En comparación, el enfoque de knock-in (activar/modificar) es un proceso mucho más complicado que el knockout (silenciar)», dijo Song.
Los sistemas introducidos funcionarían ayudando a que los genes de resistencia a enfermedades en la planta se expresen con mayor fuerza contra los patógenos atacantes. El amplio rango de patógenos de Song incluye a Phytophthora infestans, que causa el tizón tardío, una enfermedad devastadora en los tomates y las papas, dijo.
[Recomendado: CRISPR: La herramienta de edición genética que está revolucionando la medicina y agricultura]Añadió que cualquier descubrimiento hecho a través de su investigación conllevaría implicancias de resistencia a enfermedades para una gama de cultivos alimenticios, incluyendo trigo, arroz, algodón, frutillas, zanahoria y cítricos.
«Existe una demanda creciente de producción agrícola a medida que las poblaciones globales continúan creciendo», afirmó. «Tendremos que desarrollar sistemas cada vez más eficientes para satisfacer esta demanda y esperamos que nuestro trabajo sea un paso en la dirección correcta».