Una nueva variedad de mosquitos genéticamente modificados (GM), o transgénicos, debe comenzar ensayos de prueba para combatir a Aedes aegypti, mosquito transmisor del dengue, chikungunya, zika y fiebre amarilla. La variedad fue desarrollada por el Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de São Paulo (USP) y puede comenzar a ser producido en fase de pruebas en septiembre. Los insectos modificados genéticamente tienen espermatozoides defectuosos que, después del apareamiento con mosquitos silvestres, resultan en huevos estériles.
El mosquito GM esta pensado para integrarse a otras estrategias de combate al Aedes. Según la profesora Margareth Capurro, principal responsable de la investigación, al evitar aunque sea la aparición de las larvas, el insecto transgénico se combina perfectamente con el trabajo de identificación y destrucción de focos en áreas urbanas, ya que los protocolos de acción dicen que cuando se encuentran mosquitos en esta etapa de desarrollo, se debe hacer el uso de productos químicos para su eliminación.
«Para no tener que cambiar todas las medidas, todos los parámetros del mundo entero de combate al mosquito, el linaje que es estéril es más adaptable a lo que es la medida del control», enfatiza Margareth, que ya ha trabajado en el desarrollo de otras variedades de mosquitos modificados genéticamente. Uno de ellos, producido por la empresa Oxitec, por ejemplo, tiene machos que transmiten un gen que impide que los descendientes lleguen a la fase adulta.
Esta nueva investigación, financiada por la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de São Paulo (FAPESP) y por la Agencia Internacional de Energía Atómica, atiende a una demanda planteada por la Secretaría Estatal de Salud de São Paulo, según la profesora. Por eso hay una preocupación de maximizar la integración con otras estrategias de combate al mosquito.
Próximos pasos
La segunda fase del proyecto, prevista para comenzar en septiembre, será hecha en sociedad con la organización social Moscamed Brasil, en una fábrica en Juazeiro, en Bahía. Las pruebas se realizarán en jaulas de campo, de 3 metros cuadrados, colocadas en un ambiente natural.
«El objetivo es saber si sobreviven y son capaces de copular en presencia de vientos o de lluvias. Esta es una prueba importante, porque cuando hacemos una modificación genética, además de las características de interés, podemos inducir también características indeseables «, explica la investigadora.
Si el proyecto se ejecuta como se esperaba, la tercera fase puede iniciarse a finales de 2019, con la producción en fase piloto de 500 mil insectos por semana. A partir de los ajustes finales hechos en esta etapa, el mosquito GM estará listo para ser reproducido a gran escala.
La biofábrica de Juazeiro tiene capacidad instalada para producir 14 millones de mosquitos por semana. Margareth destaca que Brasil ya ha hecho, con el mosquito GM de Oxitec, una de las mayores liberaciones de mosquitos en el ambiente a nivel global, con cerca de 1 millón de insectos por semana.
La idea es que este nuevo Aedes modificado pueda ser usado también en otros países, siendo distribuido por la Organización de las Naciones Unidas.