Las plantas editadas mediante CRISPR/Cas9 podrían ser cultivadas y vendidas sin regulación, algo que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) está dejando cada vez más claro. La agencia dio un pase libre a la Camelina sativa, o lino falso, editada para mejorar su composición de aceite omega-3. Y más recientemente, en octubre, dijo que una variedad de soja tolerante a sequía desarrollada con CRISPR queda fuera de su ámbito regulatorio.
Esta actitud de “laissez faire” de la agencia reduce años y decenas de millones de dólares del costo de llevar una planta biotecnológica al mercado. «Elimina esa gran barrera de entrada para las empresas de agrobiotecnología», dice Oliver Peoples, director ejecutivo de Yield10 Bioscience (anteriormente Metabolix) con sede en Woburn, Massachusetts, que desarrolló la camelina. Le habría tomado a Yield10 al menos seis años y $ 30-50 millones de dólares probar y recopilar los datos necesarios para llevar la camelina genéticamente modificada a través del proceso regulatorio completo del USDA, dice Peoples. «Hicimos esto en dos años y [la decisión del USDA] tomó dos meses, y le aseguro que no gastamos US$30 millones en eso», dice. La compañía someterá su tecnología al proceso de revisión voluntaria de la Administración de Drogas y Alimentos de EE. UU (FDA), afirma Peoples.
La estrategia de Yield10 es permitir que CRISPR/Cas9 realice roturas bicatenarias en el ADN de la planta sin una plantilla para dirigir la inserción de una secuencia de ADN específica. Como resultado, los mecanismos de reparación propios de la planta vuelven a unir el ADN, dando lugar a inserciones inactivas de un solo nucleótido en las tres copias del gen objetivo (a modificar o silenciar). Peoples no revela qué gen manipuló su compañía en la camelina.
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El aceite de camelina se utiliza como biocombustible y como sustituto del aceite de pescado en la acuicultura. Yield10 probablemente hará tres o cuatro ediciones adicionales en la línea de la planta editada con el fin de aumentar el contenido de aceite de la camelina en un 25% y traducir la tecnología a otros cultivos de semillas oleaginosas como canola y soja.
La camelina editada y la soja tolerante a la sequía desarrollada por científicos del brazo de investigación del USDA son dos de al menos cinco organismos editados por CRISPR/Cas9 para eludir el sistema regulatorio del USDA en los últimos dos años (Ver Tabla 1). La primera planta de este tipo presentada a la agencia, un hongo blanco (Agaricus bisporus) editado con CRISPR/Cas9, para resistir la oxidación, recibió un pase libre en abril de 2016 (Nature 532, 293, 2016).
Tabla 1.- Plantas editadas con CRISPR en proyecto que USDA no regulará
Fecha de respuesta del USDA | Institución solicitante | Rasgo desarrollado con CRISPR |
16/10/2017 | USDA ARS, Plant Science Research Unit (St. Paul, Minnesota) | Soya (Glycine max) con tolerancia a sequía y salinidad; logrado al alterar los genes Drb2a y Drb2b (genes de proteína 2 de unión a ARN bicatenario) |
29/8/2017 | Yield10 Bioscience (Woburn, Massachusetts) | Camelina con mayor contenido de aceite; genes editados no divulgados. |
7/4/2017 | Donald Danforth Plant Science Center (St. Louis) | Setaria viridis con retraso en el tiempo de floración; logrado mediante la desactivación del homólogo de S. viridis del gen IDI1 de maíz (Zea mays). |
18/4/2016 | DuPont Pioneer (Johnston, Iowa) | Maíz ceroso con almidón compuesto exclusivamente de amilopectina; logrado mediante la inactivación del gen ceroso endógeno Wx1 que codifica una sintasa de inicio unida a gránulos que cataliza la producción de amilosa. |
13/4/2016 | The Pennsylvania State University (University Park, Pennsylvania) | Hongo blanco (Agaricus bisporus) con propiedades anti-pardeamiento; logrado al anular un gen que codifica la polifenol oxidasa (PPO). |
Fuente: USDA
Las plantas modificadas usando otras técnicas de edición genética, como los sistemas de nucleasas efectoras tipo activador de transcripción (TALEN) y de nucleasas de dedos de zinc (ZFN), también podrían quedar fuera de la autoridad del USDA (Nat. Biotechnol. 30, 215-217, 2012). La agencia en septiembre dijo que no regularía una variedad de alfalfa editada con TALEN para una mejor calidad nutricional. La empresa Calyxt (anteriormente Cellectis Plant Sciences) en New Brighton, Minnesota, desarrolló el cultivo.
El cambio de actitud del USDA hacia la ingeniería genética vino con la llegada de nuevas tecnologías para modificar las plantas. A diferencia de las plantas transgénicas modificadas usando tecnologías más antiguas de ingeniería genética, las plantas editadas con CRISPR/Cas9 y otras nuevas técnicas de edición de genes no requieren la supervisión del USDA porque las plantas resultantes no contienen ADN de especies distintas consideradas «plagas de plantas» – como virus o bacterias. Tales organismos eran un componente necesario en las primeras herramientas para hacer plantas transgénicas, como la transformación mediada por Agrobacterium y la supervisión regulatoria activada cuando el gobierno de EE. UU. en los años ochenta y noventa escribió su marco para regular los cultivos biotecnológicos. Aunque el USDA revisó recientemente el antiguo marco biotecnológico, hasta ahora, la agencia no ha ampliado la red regulatoria para capturar organismos elaborados con las técnicas más nuevas (Nat. Biotechnol. 33, 1221-1222, 2015).
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Las empresas que desean saber si sus organismos modificados quedan fuera del alcance del USDA pueden enviar sus consultas a través de la ruta «¿Estoy regulado?» de la agencia. En total, el USDA ha recibido al menos 57 consultas en los últimos siete años de instituciones grandes y pequeñas (desde el gigante agrícola Bayer hasta la startup BioGlow) y en la mayoría de los casos ha otorgado a las empresas un pase libre.
Una de esas firmas es Calyxt, que tiene seis cultivos editados mediante TALEN con un estado no regulado, en su línea de producción. Eso incluye una variedad de soya con alto contenido de ácido oleico que produce aceite con mayor vida útil y características de fritura sin la necesidad de hidrogenación parcial – un proceso que bombea grasas trans insaturadas en los alimentos. La compañía generó el rasgo mediante la eliminación de nucleótidos para interrumpir dos genes de ácidos grasos insaturados llamados FAD2 y FAD3. Calyxt planea comercializar el producto a fines de 2018, según un vocero de la compañía.
La empresa de césped y jardinería Scotts Miracle-Gro, en Marysville, Ohio, presentó cuatro consultas relacionadas con pastos de césped genéticamente diseñados para crecer más cortos y gruesos y tolerar el glifosato (Nat. Biotechnol., 33, 223, 2015) y recibió el estado de no regulación para los cuatro. La compañía continúa probando y desarrollando dos de estos: el pasto Kentucky Bluegrass y St. Augustine modificados para crecer más despacio y así requerir menos corte, dice Bob Harriman, vicepresidente de biotecnología en Scotts. La compañía transformó las plantas utilizando una pistola de genes y secuencias de ADN que no son plagas de plantas.
Si bien la ruta reglamentaria para las plantas editadas por CRISPR puede estar optimizándose, el camino hacia la concesión de licencias de propiedad intelectual sigue siendo confuso. Un acuerdo reciente puede ayudar a definir el campo de juego. The Broad Institute en Cambridge, Massachusetts, y DuPont Pioneer (una división de Dow-DuPont) que posee patentes clave de CRISPR, dijeron en octubre que habían llegado a un acuerdo que les permitirá a las compañías obtener una licencia no exclusiva, al tiempo que dejan propiedad intelectual gratuita para universidades y organizaciones sin fines de lucro.
Fuente: https://goo.gl/3sRq5H