El Ministerio de Finanzas de Suecia ha publicado un informe titulado ‘Low voices in the way of transgenics crops’, un documento en el que se analiza la situación actual de los transgénicos en la Unión Europea y cómo su política restrictiva hacia esta tecnología está perjudicando al mercado europeo y a las economías de los países comunitarios. El informe concluye que la Unión Europea pierde 2,25 billones de euros al año al no permitir el cultivo de variedades transgénicas. Sólo Suecia pierde 33 millones de euros cada año por estas restricciones.
El informe resalta que el cultivo de transgénicos en la Unión Europea continúa en el vagón de cola a nivel mundial. Una política restrictiva que está teniendo consecuencias económicas en muchos aspectos sociales tanto a nivel comunitario como para el mercado de los estados miembro.
Según señala el informe, Suecia podría beneficiarse significativamente si se permitiera el cultivo de transgénicos. Por ejemplo, el cultivo de caña de azúcar transgénica tolerante a herbicidas permitiría un ahorro del 27% en los costos del agricultor. El cultivo de canola transgénica permitiría el incremento de la producción entre un 6% y un 11%, así como una reducción de costos de aproximadamente el 30%. Por su parte, el cultivo de papa transgénica resistente al tizón tardío permitiría la eliminación prácticamente total de los costos derivados de la aplicación de fungicidas.
Se evidencia así cómo la política restrictiva de la Unión Europea hacia los cultivos transgénicos está originando importantes pérdidas económicas a los agricultores europeos, a la vez que los hace menos competitivos. El informe concluye que los políticos europeos están poniendo frenos a esta tecnología y que están luchando contra un enemigo que no existe mientras que el resto del mundo avanza vertiginosamente en su apuesta por esta tecnología.
Fuente: Fundación Antama