La agricultura convencional ha causado fuertes impactos ambientales y su huella ecológica se ha podido reducir por medio de la utilización de la biotecnología agrícola y los cultivos transgénicos. Entre los progresos realizados hasta la fecha se incluye una notable reducción del uso de plaguicidas, el ahorro de combustibles fósiles, el descenso de las emisiones de CO2 reduciendo o eliminando el arado, y la conservación del suelo y de la humedad optimizando las prácticas agrícolas sin labranza mediante la aplicación de la tolerancia a herbicidas.
Gracias a estos progresos, los cultivos transgénicos han contribuido positivamente en hacer de la agricultura una actividad más sustentable y amigable con el medio ambiente.
En relación a la reducción de los plaguicidas en comparación a la agricultura convencional, los cultivos transgénicos han permitido reducir en 393 millones de kilos el uso de plaguicidas entre los años 1996 y 2009, lo que equivale a una disminución del 10% del uso de pesticidas y a una disminución del 17% del impacto ambiental.
Los cultivos transgénicos tolerantes a herbicidas han facilitado la adopción de sistemas de producción basados en prácticas de labranza mínima en muchas regiones, especialmente en Sudamérica. Esto ha contribuido de manera significativa a mejorar la calidad de los suelos, reduciendo la erosión y aumento los niveles de humedad de los suelos.
Por otro lado, sólo en el año 2009, los cultivos transgénicos contribuyeron a reducir en más de 18.000 millones de kg las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera debido a un menor uso de combustibles, producto de un menor uso de pesticidas, y a la reducción de las prácticas de labranza, reduciendo o eliminando el arado.
Fuente: ISAAA