«La biotecnología es la respuesta a los requerimientos que plantea el ambiente, el cambio climático y la necesidad de aumentar la producción de alimentos», señala el viceministro de Agricultura argentino, Lorenzo Bosso, en el marco de la XIX Reunión Ordinaria del Consejo Agropecuario del Sur realizada en Santiago.
Argentina, gracias a la tecnología de siembra directa y los eventos biotecnológicos, incrementó la producción de la agricultura de 30/35 millones de toneladas a 100 millones para este año, permitiendo así un gran salto de su sector exportador.
En cuanto a la velocidad del desarrollo de los transgénicos, el avance «ha sido absolutamente fenomenal», afirma Bosso. Hay empresas que están trabajando con 5 o más eventos transgénicos, lo que le permite a Argentina contar con una agricultura competitiva y encabezar el listado de países con cultivos biotecnológicos.
Esto es gracias a un «marco regulatorio muy estricto», comenta el vice ministro, que incluso le ha costado «rezagarse», en los últimos años, en la carrera de los organismos genéticamente modificados.
Bosso explica que Argentina posee una política de «espejo» que mira con cuidado el mercado de la Unión Europea, dado que gran parte de sus exportaciones se dirigen a ese destino. «Hemos sido cautos para ir aprobando eventos genéticos, para no quedar descolocados, siempre en la medida que la Unión Europea lo va haciendo», comenta. El país vecino espera poder, en los próximos años, tener una presencia en el desarrollo de la biotecnología preponderante a nivel mundial y competir con Estados Unidos y Brasil.
Según Bosso, el sector agricultor argentino respondió activamente a la implementación de los cultivos transgénicos.
«Hay interés de parte de algunas entidades en desarrollar más profundamente este tema», señala. En términos generales, tanto el mediano como pequeño productor han comprendido la importancia de beneficiarse con esta tecnología, porque en definitiva «es un beneficio para ellos», explica. Además están interesados en reconocer el derecho de la propiedad intelectual sobre los eventos genéticamente modificados. «Actualmente lo que estamos discutiendo es una nueva ley de semillas para permitir así que nuevas tecnologías lleguen a Argentina», explica.
Fuente: Diario Financiero (25 Octubre)