El cultivo de la seda en Japón renace gracias a la ingeniería genética, que reescribe las reglas con gusanos capaces de producir fibras fluorescentes para kimonos o ingredientes para cosméticos y medicinas.
Uno de los resultados de los nuevos procedimientos es el tradicional kimono ceremonial que bajo luz negra resplandece con colores provenientes de capullos de gusanos de seda genéticamente modificados.
El proceso, descrito brevemente, hace que los gusanos sinteticen seda con proteínas fluorescentes procedentes de medusas y corales, un proyecto del Instituto Nacional de Ciencias Agrobiológicas (INCA) en la prefectura de Ibaraki, cercana a la capital japonesa.
En el proyecto participan también los miembros de la asociación de productores de Nagahama, en la occidental prefectura de Shiga, y que elaboran el hamachirimen, un tipo de kimono, describió este miércoles el NikkeiAsianReview.
El INCA ha sido capaz de generar gusanos genéticamente modificados que producen 11 colores diferentes de seda fluorescente, los cuales incluyen rojo, púrpura, naranja y verde.
Para obtener ocho kilogramos de seda se requieren unos 30 mil gusanos que a su vez producen 50 kilogramos de capullos, y un solo kimono fluorescente requiere de 10 mil a 30 mil gusanos de seda, lo que demanda alcanzar la capacidad para obtener gusanos en forma masiva.
Ese nuevo reto es el que desde el pasado 1 de julio comenzó el INCA, con experimentos en que los gusanos son manipulagos en sus genes para que lleven una proteína fluorescente procedente de la medusa Aequorea victoria.
Se pretende generar la tecnología que produzca hasta dos generaciones con 15 mil gusanos de seda cada una, al mismo tiempo que se determina si hay impacto al ecosistema, explicó TetsuyaIizuka, el principal investigador del Instituto.
Fuente: Criterio Hidalgo (http://criteriohidalgo.com/notas.asp?id=256682)