Las tecnologías agrícolas contribuyen a la productividad y la conservación de recursos naturales

Las tecnologías agrícolas contribuyen a la productividad y la conservación de recursos naturales

 

 

El Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias, IFPRI por sus siglas en inglés, recientemente publicó un estudio titulado “Seguridad alimentaria en un mundo con creciente escasez de recursos naturales: el rol de las tecnologías agrícolas” en el que se analiza el impacto de 11 tecnologías agrícolas respecto al precio de los alimentos, la productividad de los cultivos y la conservación de los recursos naturales.

 

Según el estudio -que incluyó la evaluación de tres cultivos básicos clave: maíz, trigo y arroz-, uno de los beneficios impulsados por la biotecnología vegetal es la siembra directa, la cual tiene el potencial de aumentar los rendimientos del maíz en un 67%.

 

Una de las conclusiones a las que se llegó es que los agricultores deben integrar en sus sistemas de cultivo todas las tecnologías disponibles para poder producir más y a precios más bajos, algo muy importante cuando se espera que el planeta alcance los 9 mil millones de personas en 2050.

 

Cuando se combinan múltiples tecnologías, los precios de los alimentos se pueden reducir en casi el 50% que lleva a un 12% de disminución en el número de niños desnutridos y a la reducción en un 40% en el número de personas en riesgo de hambre.

 

Adicionalmente destaca que la adopción de tecnologías agrícolas como la tolerancia a la sequía o al calor, así como la eficiencia en el uso del nitrógeno de los cultivos –los cuales se están desarrollando por medio de biotecnología moderna e ingeniería genética-, contribuirán a reducir los precios de los alimentos, así como a mejorar la seguridad alimentaria en el marco del cambio climático.

 

Cultivos genéticamente modificados (GM) resistentes a la sequía, o a la deficiencia del agua, o incluso, tolerancia a climas extremos como las heladas o las inundaciones, son algunas de las investigaciones que están llevando a cabo científicos de todo el mundo.

 

Estos desarrollos, como por ejemplo variedades de trigo GM tolerantes a altas temperaturas, podrían aumentar los rendimientos en un 23% en las hectáreas de regadío. Por su parte, variedades con uso eficiente de nitrógeno podría aumentar los rendimientos de los cultivos de arroz en un 22% en las hectáreas de secano.

 

Este tipo de cultivos GM ayudará a hacer de la agricultura una actividad ambientalmente más sostenible, pues permitirá –por ejemplo- utilizar suelos que hoy se consideran improductivos (muy secos o muy húmedos), conservando así la biodiversidad y el ambiente (pues no será necesario reducir los ecosistemas naturales para ampliar la frontera agrícola).

 

Para ver el estudio (en inglés) sigue el siguiente enlace: http://www.ifpri.org/sites/default/files/publications/oc76.pdf

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