Científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España han solicitado permiso para cultivar un trigo transgénico apto para celíacos en una parcela de la localidad de Córdoba. La cosecha, media tonelada de grano, servirá para elaborar galletas y llevar a cabo un ensayo clínico con pacientes. Los investigadores creen que el cereal podría llegar al mercado en cinco años.
Este trigo ha sido modificado en algunos de sus genes para que pueda ser consumido por personas con celiaquía, una enfermedad hoy incurable y de origen desconocido que afecta a alrededor del 1% de la población mundial.
Cuando los celíacos consumen gluten —una proteína presente en el trigo, la cebada y el centeno— las defensas de su organismo reaccionan y dañan las vellosidades de su intestino. Como resultado, se producen diarreas, vómitos y una pérdida de peso inexplicable hasta que se da con la causa. Su única alternativa hoy es comer alimentos sin gluten, más caros. Los celíacos gastan cada año en hacer la compra 1.600 euros más que el resto de personas. Sólo en EEUU, el mercado de alimentos sin gluten movió 4.200 millones de dólares en 2012.
Para remediarlo, un equipo del Instituto de Agricultura Sostenible de Córdoba, dirigido por el biólogo Francisco Barro, lleva desde 2004 investigando variedades transgénicas de trigo sin gluten. En 2011, los investigadores anunciaron que habían conseguido variedades capaces de producir “una reacción hasta un 95% menos tóxica que el trigo natural” en los celíacos, según sus estudios en laboratorio.
Ahora, Barro ha solicitado a la Comisión Nacional de Bioseguridad un permiso para cultivar por primera vez este trigo al aire libre. Su objetivo es cosechar media tonelada de grano para elaborar galletas que servirán para llevar a cabo un ensayo clínico con celíacos. La prueba, si todo sale según lo previsto, se realizará durante tres meses con entre 30 y 60 pacientes, que volverán a saborear el trigo, hasta ahora prohibido para ellos, en un ensayo coordinado por médicos del Hospital Reina Sofía de Córdoba. El biólogo cree que su cereal podría llegar al mercado en cinco años.
Barro es consciente de que su trigo transgénico “no tiene ninguna posibilidad en Europa”, el continente más reticente a los organismos modificados genéticamente. Cinco países —EEUU, Canadá, Argentina, Brasil e India— acaparan la producción mundial de transgénicos, con 152 millones de hectáreas cultivadas.
El CSIC ya ha vendido la licencia para explotar la patente de su trigo transgénico a una empresa británica, Plant Bioscience Limited, con sede en Norwich. “Posiblemente, su estrategia será sembrar nuestro trigo en EEUU, en Argentina o en China, y ellos venderán en España la harina a precio de oro”, especula Barro.
Según sus estudios preliminares, “en el peor de los casos, un celíaco podrá comer cada día tres rebanadas de pan de molde elaborado con el trigo modificado”. El equipo de Barro ha organizado una cata a ciegas con 11 catadores, que se mostraron incapaces de distinguir el pan de trigo normal del horneado con cereal transgénico.
Para evitar que el trigo modificado genéticamente escape de la parcela de Fuente Palmera y se asiente en la naturaleza, los científicos del CSIC impondrán una distancia de seguridad de 200 metros hasta cualquier otra parcela con cereal. Barro considera muy improbable que haya una fuga, ya que “el polen del trigo es muy pesado” y no viaja largas distancias con el viento.
Fuente: Materia (http://esmateria.com/2013/05/09/el-csic-pide-cultivar-trigo-transgenico-para-celiacos/)