El trabajo, publicado en la versión online de la revista Nature Biotechnology, describe el genoma de la variedad de referencia CDC Frontier y lo compara con la secuencia de otros 90 garbanzos, incluyendo variedades cultivadas y silvestres, y provenientes de 10 países diferentes. El artículo muestra el mapa de la estructura y funciones de los genes que forman parte del genoma del garbanzo y sugiere cuáles de ellos podrían ser útiles para el mejoramiento de cultivo. Este logro brindará herramientas para generar variedades con mayores rendimientos, tolerancia a sequía y resistencia a enfermedades.
El Consorcio International para la Secuenciación del Genoma del Garbanzo (ICGSC, por sus siglas en inglés) viene trabajando desde hace años en este proyecto, y está conformado por 49 científicos de 23 instituciones y de 10 países.
A través de la secuenciación de la variedad de referencia CDC Frontier, los investigadores identificaron 28.269 genes. Secuenciando 90 genotipos más, encontraron millones de marcadores genéticos y regiones genómicas que podrían emplearse para generar mejores variedades. El mapa del genoma y la comparación con las 90 variedades de garbanzo pueden servir además para ampliar la base genética del cultivo más allá de las de las variedades que se usan actualmente.
El garbanzo es la segunda legumbre comestible en importancia, luego de la soja. Se cultiva en unas 11,5 millones de hectáreas y es la principal fuente de ingreso de los agricultores de escasos recursos en países como Etiopía, Tanzania y Kenia. En India, es clave para la seguridad alimentaria, ya que este país es el primer productor, consumidor e importador de garbanzos.
«La diversidad genética es un prerrequisito para el mejoramiento de los cultivos”, explicó Rajeev Varshney, coordinador del ICGSC, “y en el caso del garbanzo es muy limitada. En este sentido, el proyecto nos permitirá acceder a genes candidatos para acelerar el mejoramiento, pero también a regiones genómicas que nos acerquen a la diversidad de las razas de garbanzo nativas o silvestres.» Según el investigador, actualmente lleva entre 4 y 8 años obtener una nueva variedad de garbanzo, y con estas nuevas herramientas, este tiempo se podría reducir a la mitad.
Se puede acceder a más información sobre el Consorcio y el proyecto genoma del garbanzo en http://www.icrisat.org/gt-bt/ICGGC/homepage.htm
Fuente: Argenbio (http://argenbio.org/index.php?action=notas¬e=6317)