Una decena de asociaciones agrícolas del norte de México insistieron (18 ene) en la necesidad de que se levanten las trabas a la siembra de maíz transgénico, para aumentar la competitividad del campo.
«El mejoramiento genético en materiales transgénicos es vital para aumentar la productividad del campo mexicano», apuntaron en un espacio pagado en la prensa nacional mexicana, ante el aplazamiento gubernamental a pruebas piloto de siembra transgénica.
Los cultivos modificados genéticamente «han incrementado la competitividad de los productores del campo en más de 20 países, muchos de ellos nuestros socios comerciales», apuntan las diez asociaciones, pertenecientes a los estados de Sinaloa, Sonora, Chihuahua y Tamaulipas, con grandes áreas dedicadas a cultivos.
El país importa anualmente más de nueve millones de toneladas de maíz -en su mayoría transgénico, aseguran- equivalente al 30% del consumo nacional, lo que proporciona a productores extranjeros unos 40.000 millones de pesos (unos 3.281 millones de dólares).
Por ello, estas asociaciones reclaman al Gobierno desterrar el «continuo aplazamiento de estas siembras», para no incrementar «el rezago tecnológico de México».
El maíz es, desde hace siglos, el alimento básico en la dieta del país, especialmente entre los estratos más pobres de la población, y forma parte de una gran variedad de platos.
México, uno de los ocho lugares de origen de este cereal en el mundo, cuenta con 59 especies y 200 variedades adaptadas de este cereal, que comenzaron a cultivar los antiguos olmecas y aztecas.
El Ejecutivo concedió a finales de 2009 algunos permisos para cultivar experimentalmente el producto, que recayeron en los gigantes estadounidenses Monsanto y Dow Chemical, lo que agradó a las asociaciones agrícolas. Éstas instaron poco después a ampliar la autorización a las semillas transgénicas, en aras de «modernizar el campo».
El campo mexicano ha sido históricamente una de las áreas económicas más destacadas para México, ya que una parte sustancial de la población se dedica al cultivo. A lo largo de las últimas décadas, no obstante, el sector ha acusado un atraso por el déficit de tecnología y la pronunciada atomización productiva.
Fuente: AgroBIO México