La biotecnología agrícola y los cultivos transgénicos han permitido economizar suelo, en comparación a la agricultura convencional, ya que han incrementado la productividad de los actuales 1.500 millones de hectáreas totales de cultivo del planeta y, con ello, han contribuido a prevenir la deforestación y proteger la biodiversidad de los bosques y de otros refugios naturales.
Los países en desarrollo pierden unos 13 millones de hectáreas anuales de bosques tropicales ricos en biodiversidad. Si entre 1996 y 2010 no se hubieran producido 276 millones de toneladas adicionales de alimentos, forrajes y fibra gracias a la biotecnología agrícola y los cultivos transgénicos, hubieran hecho falta otros 91 millones de hectáreas de cultivos convencionales para producir el mismo tonelaje. Es probable que parte de esos 91 millones de hectáreas hubieran sido tierras marginales frágiles, no adecuadas para la producción agrícola, que hubieran tenido que ser aradas, así como bosques tropicales, ricos en biodiversidad, que hubieran tenido que ser talados para dejar paso a la agricultura de chamizado en los países en desarrollo, destruyendo así dicha biodiversidad.
Fuente: ISAAA (www.isaaa.org)