Un innovador estudio demuestra cómo herramientas como CRISPR pueden ayudar a restaurar la variabilidad genética pérdida, facilitar la adaptación a desafíos climáticos y corregir mutaciones genéticas perjudiciales en poblaciones animales amenazadas, abriendo una nueva vía para rescatar especies al borde de la extinción. Esta aproximación de “rescate genético” marca un hito en la intersección entre biotecnología y conservación, con el potencial de revertir cuellos de botella evolutivos causados por la endogamia.
Genetic Engineering and Biotechnology News (GEN) / 22 de julio, 2025.- Un equipo científico internacional afirma que las tecnologías de edición genética pueden reutilizarse para ofrecer una solución transformadora que restaure la diversidad genética y salve especies en peligro de extinción.
En el artículo “Ingeniería genómica en biodiversidad, conservación y restauración” (traducción al español), publicado en Nature Reviews Biodiversity, los autores exploran las promesas, los desafíos y las consideraciones éticas de la ingeniería genómica y proponen un enfoque para su implementación en la conservación de la biodiversidad. Argumentan que la edición genética podría recuperar la diversidad genética perdida en especies en peligro de extinción utilizando muestras históricas, como ADN de colecciones de museos, biobancos y especies relacionadas.
“Nos enfrentamos al cambio ambiental más rápido en la historia de la Tierra, y muchas especies han perdido la variación genética necesaria para adaptarse y sobrevivir”, afirmó Cock van Oosterhout, doctor en la Universidad de East Anglia. La ingeniería genética ofrece una forma de restaurar esa variación, ya sea reintroduciendo la variación del ADN que se ha perdido en genes del sistema inmunitario que podemos recuperar de especímenes de museo, o tomando prestados genes de tolerancia climática de especies estrechamente relacionadas. Para garantizar la supervivencia a largo plazo de las especies amenazadas, argumentamos que es esencial adoptar nuevos avances tecnológicos junto con los enfoques tradicionales de conservación. Los éxitos de conservación, como la cría en cautiverio y la protección del hábitat, suelen centrarse en aumentar el número de poblaciones, pero hacen poco por reponer las variantes genéticas que se pierden cuando el número de especies se desploma.
A medida que las poblaciones se recuperan, pueden quedar atrapadas con una variación genética reducida y una alta carga de mutaciones dañinas, un fenómeno conocido como erosión genómica. Sin intervención, las especies que se recuperaron de una caída poblacional pueden permanecer genéticamente comprometidas, con una resiliencia reducida a amenazas futuras como nuevas enfermedades o cambios climáticos.
Un ejemplo de esto es la paloma rosada, cuya población se ha recuperado del borde de la extinción de unos 10 individuos a una población actual de más de 600 aves, gracias a décadas de cría en cautiverio y reintroducción en Mauricio.
Varios autores han estudiado la genética de la paloma y han revelado que, a pesar de su recuperación, continúa experimentando una erosión genómica sustancial y es probable que se extinga en los próximos 50 a 100 años. El próximo desafío es restaurar la diversidad genética que ha perdido, lo que le permitirá… Adaptarse a los cambios ambientales futuros mediante la ingeniería genómica.
Esta tecnología ya es común en la agricultura: cultivos resistentes a plagas y sequías cubren millones de hectáreas en todo el mundo. Recientemente, los anuncios de planes para revivir especies extintas han resaltado aún más su potencial.
“Los mismos avances tecnológicos que nos permiten introducir genes de mamuts en el genoma de un elefante pueden aprovecharse para rescatar especies al borde de la extinción”, afirmó Beth Shapiro, PhD, CSO de Colossal Biosciences. “Es nuestra responsabilidad reducir el riesgo de extinción que enfrentan hoy miles de especies”.

Tres aplicaciones clave
Los científicos describen tres aplicaciones clave de la edición genética en la conservación:
- Restaurar la variación perdida: recuperar la diversidad genética que se ha perdido del acervo genético de las poblaciones modernas de especies amenazadas, utilizando ADN de muestras de las especies recolectadas hace décadas o incluso siglos, que se conservan en museos de historia natural de todo el mundo.
- Facilitar la adaptación: introducir genes de especies relacionadas y mejor adaptadas para conferir rasgos como la tolerancia al calor o la resistencia a patógenos, lo que permite a las especies amenazadas adaptarse a los rápidos cambios ambientales.
- Reducir las mutaciones dañinas: las poblaciones que previamente han sufrido una caída en su población suelen portar mutaciones dañinas que se han fijado por casualidad, por lo que las ediciones genéticas dirigidas podrían reemplazar estas mutaciones con la variante saludable de antes de la caída de la población, con el potencial de mejorar la fertilidad, las tasas de supervivencia y la salud general.
También abordan los riesgos, como las modificaciones genéticas no deseadas y las reducciones adicionales involuntarias de la diversidad genética, advirtiendo que los enfoques siguen siendo experimentales.
La necesidad de ensayos graduales a pequeña escala y un seguimiento riguroso a largo plazo de la evolución y se hace hincapié en los impactos ambientales y ecológicos, así como en una sólida colaboración con las comunidades locales, los grupos indígenas y el público en general, antes de una implementación más amplia. Los autores enfatizan que las intervenciones genéticas deben complementar, y no reemplazar, la restauración del hábitat y las acciones tradicionales de conservación.
“La biodiversidad se enfrenta a amenazas sin precedentes que exigen soluciones sin precedentes”, señaló el Dr. Hernán Morales, profesor asociado del Instituto Globe de la Universidad de Copenhague. “La edición genómica no sustituye la protección de las especies y nunca será una solución mágica. Su papel debe evaluarse cuidadosamente junto con las estrategias de conservación establecidas, como parte de un enfoque más amplio e integrado que tenga la protección de las especies como principio rector”.
El equipo multidisciplinario de genetistas y biotecnólogos en conservación está codirigido por van Oosterhout y el Dr. Stephen Turner, e incluye colaboradores del Instituto Durrell de Conservación y Ecología (Universidad de Kent), el Instituto Globe, la Fundación para la Vida Silvestre de Mauricio, el Servicio de Parques Nacionales y Conservación de Mauricio y el Durrell Wildlife Conservation Trust.
Las iniciativas impulsadas por la biotecnología también podrían atraer nuevos inversores y expertos, lo que podría generar nuevos beneficios para los programas existentes de protección de especies en peligro de extinción.