La edición genética es una técnica biotecnológica moderna y emergente que influye significativamente en los sistemas agrícolas, obteniendo como resultado insumos agrícolas de alto rendimiento. Sin embargo, las cargas regulatorias crean barreras para el desarrollo y la adopción de dichas tecnologías. En un estudio publicado por Graham Brookes y Stuart J. Smyth, se examina un entorno regulatorio apropiado para el riesgo y basado en la evidencia para facilitar la adopción de la tecnología de edición de genes.
ISAAA / 15 de mayo, 2024.– La edición genética es una técnica biotecnológica moderna y emergente que influye significativamente en los sistemas agrícolas, obteniendo como resultado insumos agrícolas de alto rendimiento. Sin embargo, las cargas regulatorias crean barreras para el desarrollo y la adopción de dichas tecnologías. En un estudio publicado por Graham Brookes y Stuart J. Smyth, se examina un entorno regulatorio apropiado para el riesgo y basado en la evidencia para facilitar la adopción de la tecnología de edición de genes.
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La regulación de la tecnología desempeña un papel crucial a la hora de garantizar la confianza de los consumidores. Sin embargo, el documento sugiere que la tecnología de edición genética no alcanzará todo su potencial si la regulación no reconoce y utiliza la evidencia basada en la ciencia.
Según los autores, las barreras regulatorias se traducen en una reducción de las inversiones en innovación y en un menor número de productos y tecnologías comercializados. Esto limitará por parte de los agricultores el aprovechamiento de sus beneficios.
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En el documento se hace referencia a la necesidad de establecer un sistema regulatorio en el que se evalúen los riesgos sobre la base de normas y pruebas científicas bien definidas. El documento concluye que desviarse de las regulaciones basadas empíricamente retrasará la adopción de tecnologías que son importantes para preservar la biodiversidad y lograr un mejor desarrollo agrícola sostenible.