La edición del genoma no es una solución milagrosa, pero la tecnología puede contribuir a los objetivos de la estrategia europea «Farm to Fork» (Del Campo a la Mesa), dicen los investigadores. «Deberíamos analizar todas las herramientas que tenemos a mano y darles a los agricultores y consumidores la libertad de elección», agregan.
Science Bussines / 25 de marzo, 2021.- El uso de tecnologías de edición del genoma en plantas podría ayudar a la Unión Europea (UE) a garantizar la seguridad alimentaria y reducir el impacto de las prácticas agrícolas actuales en el clima, según un nuevo informe del Grupo Europeo de Ética en la Ciencia y las Nuevas Tecnologías (EGE).
Permitir la edición de genes para el mejoramiento de precisión ayudaría a la UE a lograr los objetivos establecidos en su estrategia «Del campo a la mesa», que busca reducir el uso de fertilizantes en un 30% y convertir el 25% de las tierras agrícolas en agricultura orgánica para 2030.
[Recomendado: Europa sin transgénicos ha emitido un extra de 33 millones de toneladas de CO2 al ambiente]“Es necesario garantizar la seguridad alimentaria, proporcionar recursos renovables para combustible, piensos y fibras, salvaguardar la retención de la biodiversidad y proteger el medio ambiente”, dice el informe. «Las formas actuales de agricultura contribuyen significativamente a la crisis climática antropogénica».
Los especialistas en ética también piden un debate social más amplio e inclusivo sobre la edición del genoma, para un mejor seguimiento de los desarrollos regulatorios y científicos en el campo, y los movimientos para establecer un sistema de gobernanza global de las tecnologías de edición de genes.
[Recomendado: Academias Europeas de Ciencias vuelven a publicar reporte a favor de la edición genética: piden re-evaluar legislación de la UE]EGE analizó el impacto de la edición de genes en humanos, animales y plantas, y concluyó que en agricultura, la UE debería acelerar su adopción para el fitomejoramiento, para mantenerse al día con la competencia internacional y apoyar la producción de alimentos.
La edición genética de plantas es comparable a las técnicas de mejoramiento convencional actuales que utilizan radiación o productos químicos para manipular genéticamente semillas, o a lo que se puede lograr mediante el proceso natural, pero laborioso, de cruzar diferentes cultivares.
Según la asociación Euroseeds, la regulación de la edición del genoma, que es comparable a los métodos convencionales, debería ser proporcional al riesgo, y ligera en aplicación.
Petra Jorasch, gerente de promoción de la innovación en fitomejoramiento en Euroseeds, dijo que sin mejoras en el fitomejoramiento, la estrategia «Del Campo a la Mesa» reducirá la productividad agrícola. “Si sacas [los pesticidas y fertilizantes] de los agricultores, necesitas algún tipo de innovación para compensar”, dijo.
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El mejoramiento de precisión de plantas a través de la edición genética no se puede utilizar en la UE tras una sentencia de 2018 del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que determinó que estas técnicas están sujetas a la directiva de la UE de 2001 que prohíbe los organismos modificados genéticamente (OMGs o transgénicos).
Después del Brexit, el Reino Unido está considerando la posibilidad de permitir la edición de genes en los cultivos y ha lanzado una consulta a la industria. La opinión del gobierno del Reino Unido es que los organismos producidos por edición de genes u otras tecnologías genéticas, no deberían ser regulados como transgénicos si podrían haber sido producidos por métodos de mejoramiento ya convencionales.
[Recomendado: Gobierno del Reino Unido avanza en aprobar cultivos editados genéticamente, pero requerirá confianza del público]Argentina cambió sus leyes para permitir la edición del genoma en cultivos en 2015. Pronto le siguieron otros países de América del Sur, mientras que Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón parecen estar siguiendo una dirección similar. El debate continúa en Rusia, China, India y Sudáfrica, pero la UE sigue siendo la única región importante del mundo donde los cultivos con genoma editado están regulados como transgénicos.
«Por el momento, Europa se está quedando atrás«, dijo Oana Dima, gerente de políticas científicas de EU-SAGE, un grupo de científicos de 134 institutos y sociedades europeos de ciencias vegetales que abogan por el uso de la edición del genoma para una agricultura y producción de alimentos más sostenibles. «Deberíamos seguir a África y cómo están lidiando con la edición del genoma, ellos enfrentan desafíos más severos que nosotros«, dijo Dima.
[Recomendado: 132 instituciones científicas europeas piden aprobar uso de edición genética a la UE]El informe EGE es parte de un estudio más amplio que la Comisión Europea está llevando a cabo a petición de los estados miembros, para evaluar si las nuevas técnicas genómicas pueden usarse de manera segura para aplicaciones agrícolas, industriales y farmacéuticas. Se espera que la Comisión publique sus conclusiones en abril.
La Comisión tiene previsto asignar 5 millones de euros del programa de investigación e innovación del programa Horizonte Europa para proyectos destinados a comprender los beneficios y los riesgos de las tecnologías de edición del genoma en la agricultura durante los próximos dos años.
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Según Jorasch, 25 años de activismo contra los organismos modificados genéticamente (OGMs) han distorsionado la percepción pública de cualquier forma de ingeniería genética y su uso potencial en la agricultura, mientras que la regulación restrictiva de la UE sobre los OGMs ha dificultado la comercialización de productos. «Existe una enorme brecha entre la percepción y los hechos científicos», dijo.
[Recomendado: Los científicos de la UE se rebelan contra la ley europea de transgénicos]Si bien la edición del genoma no es una solución milagrosa, la tecnología puede contribuir a los objetivos de la estrategia «Del Campo a la Mesa» dijo Dima. «Deberíamos analizar todas las herramientas que tenemos a mano y darles a los agricultores y consumidores la libertad de elección«.
Nota: El «Grupo Europeo de Ética en la Ciencia y las Nuevas Tecnologías (EGE)», es un organismo independiente y multidisciplinario designado por el presidente de la Comisión Europea que asesora sobre todas las políticas en las que las cuestiones éticas, sociales y de derechos fundamentales se cruzan con el desarrollo de la ciencia y las nuevas tecnologías.