La variedad de tomate «Poncho Negro», originaria del Valle de Azapa (Arica), será utilizada en un proyecto con edición genética para desarrollar portainjertos tolerantes a suelos salinos y con escasez de agua, con el fin de aplicarse en variedades comerciales de consumo fresco en Chile.
El Observador / 25 de enero, 2021.- La mirada aguda y manos que manipulan con cuidado instrumentos de laboratorio son cualidades que han cultivado Camila Martínez Mery y Karen Farías Grollmus. En el laboratorio de Fisiología y Biología Molecular Vegetal del INIA La Cruz se inician las labores de lavado, desinfección y escarificación de semillas de la variedad de tomate “Poncho Negro” aplicando todos los protocolos de esterilización para evitar posibles contaminaciones. Todo esto es parte de un estudio que apunta a obtener plantas de tomate que requieran menos agua y que sean tolerantes a tierras salinas.
Se trata del proyecto PASSA (Estrés abiótico vegetal para una agricultura sustentable) donde se estudia las características del “Poncho negro”, variedad local chilena originaria del Valle de Azapa que cuenta con cierta tolerancia a la salinidad y que será utilizada para mejorar su tolerancia a la salinidad como una alternativa de portainjerto en variedades comerciales de consumo fresco en Chile.
Las profesionales se encargan de las labores de preparación de almácigo para lograr la germinación de las semillas del tomate poncho negro. En cuatro días, las plantas ya están listas para ser colocadas en invernadero bajo condiciones controladas donde son permanentemente evaluadas por los equipos especializados. Karen Farías Grollmus, ingeniero agrónomo y la técnico en biotecnología Camila Martínez Mery, en un trabajo prolijo y minucioso son la mirada femenina de nuestro centro a cargo de estas labores.
INIA La Cruz es una institución asociada al proyecto PASSA (Estrés abiótico vegetal para una agricultura sustentable) del concurso “Anillo de Investigación en Ciencia y Tecnología”, Programa de Investigación Asociativa (PIA) de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), donde el Dr. Juan Pablo Martínez es investigador principal en INIA-La Cruz.
La Dra. Claudia Stange, investigadora del Centro de Biología Molecular Vegetal de la Facultad de Ciencias de la U. de Chile es la directora del proyecto. Participan el investigador del Instituto de Investigaciones Agropecuarias del INIA La Cruz, Dr. Juan Pablo Martínez que lidera el grupo Fisiología y Biología Molecular Vegetal (GFBMV) junto con profesionales del Centro de Biología Molecular Vegetal de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile y del Laboratorio de Biotecnología Celular de la Facultad de Recursos Naturales Renovables de la Universidad Arturo Prat.
Según el Dr. Juan Pablo Martínez, “este proyecto es una oportunidad para generar nuevos portainjertos en tomate utilizando herramientas biotecnológicas de última generación como la edición génica”. Agregó que, “una de las tareas del proyecto es precisamente las labores de germinación a cargo de los equipos de laboratorio que están abocados a incrementar y obtener semillas para asegurar que los proceso investigativos con este tipo de semilla sean viables y de calidad”.
La salinidad es un factor limitante a la hora de producir tomate. Por eso, los resultados de este proyecto que dirige la Universidad de Chile en asociación con el INIA La Cruz serán muy relevantes.