El porcentaje de ciudadanos de la Unión Europea preocupados por el uso de ingredientes modificados genéticamente (GM o transgénicos) en los alimentos ha disminuido del 63% en 2005 al 27% en 2019, según registraron los Eurobarómetros. Esto debería facilitar el camino y apoyar un cambio positivo del marco legal que regula las pruebas de transgénicos y el cultivo comercial en la UE. .
Fundación Antama / 31 de agosto de 2020.- Mientras que las hectáreas sembradas con semillas transgénicas crecen cada año en todo el mundo, Europa sigue agazapada ante una tecnología clave para afrontar los retos agroalimentarios presentes y futuros. Un panorama europeo forzado por argumentos ideológicos y políticos que transmiten al mundo entero la idea de que los europeos están en contra de esta tecnología. Algo que no es real, que no refleja el sentir general de los europeos. El escepticismo hacia esta tecnología ha caído progresivamente en los últimos años, creciendo la confianza sobre la biotecnología agroalimentaria.
Así lo demuestra un reciente informe publicado por Mihael Cristin Ichim del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo para las Ciencias Biológicas en Rumania. El autor analiza la disminución del escepticismo de los europeos en torno a los organismos modificados genéticamente en base a los datos de los Eurobarómetros pertinentes. El informe demuestra que mientras en 2005 un 63% de los europeos estaba preocupado por los ingredientes transgénicos, en 2019 esta cifra no superó el 27%. Además, la preocupación del impacto de los OMGs sobre el medio ambiente cayó del 30% en 2005 al 19% en 2011.
Las encuestas encargadas por la Unión Europea (UE) muestran que los europeos ahora están menos preocupados por la presencia de organismos genéticamente modificados en los alimentos y el medio ambiente, contrariamente a la creencia popular de que los europeos están en contra de ellos. La creciente aceptación de los organismos modificados genéticamente por parte de los europeos puede respaldar un cambio positivo en las regulaciones para las pruebas y el cultivo comercial de cultivos transgénicos en la Unión Europea.