En la localidad de General Levalle, en Córdoba, avanzan en la multiplicación de semilla del trigo HB4, genéticamente modificado para tolerancia a sequía por Bioceres. Tras 4 meses sin lluvia, crece muy bien y mejor que el trigo convencional.
InfoCampo / 25 de agosto de 2020.- En ciertos años extremadamente secos, como el actual [en Argentina], así como en otros excesivamente húmedos, hay tecnologías y decisiones técnicas de las que se habla por defecto. Cuando se presenta la sequía se valoriza la importancia del riego complementario y, por otra parte, cuando son temporadas muy húmedas, los cultivos de servicios se empezaron a adoptar con bombas extractivas de los excedentes.
Pero, hace un par de años, en el mercado argentino hay otra tecnología, en instancias precomerciales, para trigo y soya, que será una excelente herramienta contra la restricción hídrica.
Flavia Sedmak (Foto) es licenciada en economía agraria y productora en General Levalle, al sur de la provincia de Córdoba, plena zona manicera.
Junto con su marido, que es profesional agrónomo, manejan Santa María, un campo familiar que arriendan a la madre de ella. Asimismo, hay campañas en las que también deciden subalquilar parte de la superficie, como la campaña pasada. Santa María es una estancia de 2.700 hectáreas de producción mixta, 1.000 agrícolas y 1.700 ganaderas.
Ellos, el año pasado, visitaron el stand de HB4 en Expoagro y se anotaron para ser multiplicadores de las variedades de trigo con tolerancia a la sequía y resistencia a la aplicación de glufosinato de amonio. Entonces, esta campaña 2020/21 lo implantaron por primera vez la cual, en términos de condiciones climáticas, puede ser la mejor para comprobar el diferencial de esta genética.
[Recomendado: Argentina avanza en lograr exportación de trigo transgénico tolerante a sequía]“Tomé una foto comparativa el fin de semana de dos trigos sembrados adyacentes, uno HB4 y otro convencional, que muestra la diferencias en crecimiento y desarrollo entre variedades, y la subí a redes sociales”, cuenta Sedmak, sobre su acción habitual de fotografiar cultivos en sus recorridas por el campo. Sin embargo, esta foto tuvo una repercusión inesperada.
Claramente. En ella, estaba la clave: mientras la variedad convencional se desvanece poco a poco, por cuatros meses sin lluvias en la zona, el trigo HB4, de Bioceres Semillas, está indemne.
“Este año sembramos 430 hectáreas de dos variedades HB4 sobre rastrojo de maní y maíz a inicios de junio. Para la zona, un cultivar con estas características es fundamental porque son ambientes riesgosos para sembrar cultivos de invierno ya que hay mucha alternancia entre ciclos húmedos y secos en invierno. En la última década, por ejemplo, solo dos campañas pudimos sembrar un trigo en invierno”, dice la administradora destacando que, a un mes de la siembra, ya se notaban las diferencias (Ver foto 1).
Pero HB4 no solo es seguridad de siembra, también es la posibilidad de implantar un cultivo de invierno que genere cobertura porque, de lo contrario, ellos deben basar sus rotaciones entre cultivos de invierno y verano. Además, con la resistencia al glufosinato de amonio trae la ventaja de manejo alternativo contra las malezas duras.
“Desde la siembra en adelante, todo el manejo del cultivo HB4 fue auditado por ingenieros de la compañía. Al sembrarlo tuvimos que dejar un corredor intermedio para separarlo de los lotes ganaderos. Ahora, los trigales en el campo están en pleno macollaje y consideramos, según lo que hablamos con mi esposo que por más que se recuperen las condiciones climáticas, el HB4 ya sacó una ventaja en crecimiento y desarrollo a la variedad convencional que esta no compensará”, advierte Sedmak.
Respecto a la tecnología aplicada, explica la administradora, incorporaron 150 kilos por hectárea de urea a la siembra y 40 kilos por hectárea de Microstar PZ, de Rizobacter.
“En el caso del nitrógeno, veremos de hacer reaplicaciones en HB4, de acuerdo a las lluvias que tengamos de ahora en más. Esta semana esperamos 7 milímetros y esperemos que se presenten y ayuden hasta el próximo pronóstico de lluvias”, reflexiona.
Los productores firmaron un contrato con Bioceres Semillas para la producción de esta semilla que Bioceres ya está multiplicando y espera su pronta liberación al mercado para comercializarla. Una vez cosechada, por convenio, Santa María deberá entregar esa mercadería.
“Si estas variedades fueran comerciales, sin dudas, las sembraría. Disminuyen el riesgo, intensifican la rotación de cultivos, también son aliadas para el manejo de malezas, gracias a la resistencia de glufosinato de armonio. A la larga es más rendimiento”, sostiene para finalizar Sedmak.