ChileBio / 25 de julio de 2019.- En el discurso inaugural del nuevo primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, prometió devolver a Gran Bretaña «el liderazgo que se merece» y concretar el polémico Brexit para fines de octubre. El también líder del partido conservador destacó el potencial de su país en el campo de la ciencia y tecnología, mencionando avances específicos como una pionera terapia génica para curar la sordera y la industria de las baterías que «ayudará a reducir el CO2 y hacer frente al cambio climático, y producir empleos verdes para la próxima generación.»
«Mientras nos preparamos para un futuro posterior al Brexit, es hora de que no examinemos los riesgos, sino las oportunidades que se nos presentan» afirmó el Primer Ministro. En este sentido indicó que la controvertida salida de la Unión Europea permitiría avanzar en sistemas satelitales propios, y también aprovechar el uso comercial de los rezagados cultivos genéticamente modificados (GM, o transgénicos).
“Comencemos ahora a liberar el extraordinario sector de biociencias del Reino Unido de las reglas anti modificación genética y desarrollemos cultivos resistentes al tizón que alimentarán al mundo» afirmó Johnson.
Si bien en la Unión Europea (UE) está aprobado el cultivo comercial de un maíz transgénico resistente al gusano cogollero y la importación de más de 90 eventos transgénicos (Europa importa más de 30 millones de toneladas de grano transgénico anualmente), esta tecnología solo se usa a nivel comercial en España y Portugal. El uso comercial de los cultivos ha sido retrasada en la mayoría de los países de la UE debido a moratorias nacionales que han sido declaradas ilegales y sin evidencias científicas que las justifiquen.
En Chile
En Chile, el director ejecutivo de ChileBio, el doctor en Ciencias Biológicas Miguel Ángel Sánchez, comentó que lo planteado en Reino Unido respecto de la modificación genética de cultivos es de toda lógica, más allá de las posiciones políticas. “Se trata de los cultivos más testeados y por lo tanto más seguros hoy en el mundo. Además, las técnicas de la biotecnología moderna permiten mayor precisión, resolviendo problemas nutricionales, agronómicos o de salud en los alimentos, sin afectar otras cualidades de los cultivos, como muchas veces ocurre con las técnicas convencionales”.
A su juicio, hoy además se está trabajando en desarrollar, mediante transgenia y también edición de genes, vegetales que puedan afrontar los desafíos que actualmente plantea el clima: “Capaces de germinar y crecer en condiciones de mayor temperatura, con menos agua, en suelos salinos, etc.”. Sánchez remarca que este es un aporte que ni los países europeos, ni tampoco Chile, deberían desestimar.
Brexit, transgénicos y cultivos editados
En octubre de 2018, el economista agrícola Graham Brookes de la consultora PG Economics publicó un informe técnico que analizaba los escenarios posible para los cultivos transgénicos y los nuevos cultivos editados tras la salida del Reino Unido desde la UE. El experto desaconseja mantener una regulación como la actual en la UE ya que se correría el riesgo de sufrir dificultades comerciales, retraso en investigación e innovación respecto al resto del mundo y una pérdida significativa de beneficios económicos y sociales.
Por el contrario, el informe indica que una nueva normativa con base científica y coherente con los sistemas regulatorios que operan en la mayoría de los demás países del mundo, permitiría niveles más altos de gasto en investigación, mayor empleo en el sector de la mejora genética de cultivos y el desarrollo de nuevas variedades comerciales para los agricultores y la industria británica.
El ex-Ministro de Agricultura del Reino Unido, George Eustice, apoyó las conclusiones del informe de PG Economics a los pocos días de ser publicado, y reconoció que el Reino Unido necesita apostar por la edición genética de plantas, una tecnología que permitirá disminuir drásticamente el uso de fitosanitarios por parte de los agricultores. El ministro además afirmó en nombre del Ministerio que no estaba de acuerdo con el juicio que emitió el Tribunal de Justicia Europeo a mediados de 2018, en el que se declaró que la edición de genes debería estar sujeta a las mismas regulaciones implementadas para la modificación genética. «Creemos que la edición de genes y la cisgenesis es en gran medida una extensión de las técnicas de mejoramiento convencional, como las que hemos tenido durante décadas” afirmó.
«Creo que este sería un candidato temprano para que nos apartemos del enfoque que está adoptando la UE», dijo. «Si nos tomamos en serio el intento de reducir nuestra dependencia de los pesticidas químicos y abordar algunos de estos desafíos agronómicos, necesitamos abrazar una forma acelerada de mejoramiento genética«.
Otro apoyo a estas tecnologías desde el mundo político británico provino del ex Secretario de Agricultura, Michael Gove, quien en la Conferencia Agrícola de Oxford de enero de 2019 reiteró su apoyo a los nuevos métodos de producción de alimentos como la carne y la leche cultivadas en laboratorio y la edición de genes.
«La edición de genes ofrece la promesa de acelerar dramáticamente las ganancias que hemos obtenido mediante el mejoramiento selectivo en el pasado… La capacidad de ayudar a la madre naturaleza al impulsar el proceso de evolución a mayor velocidad debería permitirnos desarrollar variedades de plantas y cultivos que sean más resistentes a las enfermedades y plagas y menos dependientes de la protección química y fertilizantes. Serán de mayor rendimiento y más sostenibles para el medio ambiente» agregó.
En su discurso, Gove también reiteró su apoyo al acuerdo Brexit, que hará que el Reino Unido «abandone la Política Agrícola Común de la UE» mientras evita la «turbulencia» de una salida sin acuerdo.
Qué dicen los científicos británicos y europeos
Si bien puede haber oposición y polémica en el mundo social, activista o político europeo y británico, a nivel técnico y científico las cosas están claras: los cultivos transgénicos son seguros y no representan mayor riesgo que los cultivos convencionales. Esto lo reconoce tanto la Royal Society del Reino Unido así como todas las Academias de Ciencias de Europa y la Comisión Europea.
En términos de las nuevas técnicas de edición genética (mucho más precisas y rápidas que las anteriores técnicas de ingeniería genética para desarrollar transgénicos), tanto los científicos británicos, como sus colegas del continente, apoyan su uso y critican la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo. En septiembre del 2018, el gobierno británico recibió una carta abierta de instituciones científicas líderes del país en la cual socilicitan poder seguir sus ensayos de campo con cultivos editados sin las trabas de la nueva regulación de la UE que somete a estos cultivos a la misma regulación engorrosa que los transgénicos.
Posteriormente en diciembre del mismo año, más de 93 centros de investigación de excelencia en Europa piden re-evaluar la criticada normativa sobre los cultivos editados, ya que «los agricultores europeos podrían verse privados de una nueva generación de variedades de cultivos más resistentes al estrés climático y más nutritivos, los cuales se necesitan con urgencia para responder a los desafíos ecológicos y sociales actuales«
Papas resistentes, tomate «anti-cáncer» y aceites más saludables
Algunos ejemplos de cultivos genéticamente modificados (GM o transgénicos) creados por instituciones locales del Reino Unido, comprenden un “tomate GM morado” desarrollado por científicos del John Innes Centre (JIC), que debe su color a mayores niveles de antocianinas, las cuales lograron extender la esperanza de vida en un 30% en ratones con cáncer. También se han aprobado ensayos de campo con un trigo de mejor eficiencia fotosintética que logra un 20-40% de mayo rendimiento y semillas de camelina transgénica alta en aceites omega-3 (desarrollados por Rothamsed Research), una “super papa” transgénica resistente a machucones, al hongo del tizón, gusanos y más saludable (desarrollada por un consorcio público-privado) y un trigo transgénico alto en hierro para combatir la anemia (desarrollado por JIC).
A pesar de su novedad y la sentencia del tribunal de la UE, ya se habían aprobado previamente en el Reino Unido ensayo de campo con semillas camelina editada alta en omega-3, un tipo de ácido graso beneficioso para la salud, desarrollada también por Rothamsed Research.