Investigadores del The Land Institute (Kansas, Estados Unidos) han informado del desarrollo de una variedad de cereal que nunca muere. Es conocido como Kernza, y es un híbrido derivado de la hierba de trigo (Thinopyrum intermedium). Es un cultivo con granos muy pequeños, su planta sería inmortal y ha sido desarrollado para resistir los efectos drásticos del cambio climático.
Es un grano que no necesita ser replantado después de la temporada de cosecha, porque la planta puede volver a crecer repetidamente mientras que sus raíces crecen más profundamente debajo de la tierra. Sus raíces pueden extenderse más del doble de la profundidad que las de un trigo convencional (llegando a sobrepasar los 3 metros de profundidad), consiguiendo también mayor densidad. Estas raíces aumentan la capacidad de retención del suelo y preservan el bioma natural del suelo.
Lo anterior ayuda a disminuir la emisión de carbono del suelo que se produce durante la cosecha y la siembra de semillas. También ayuda a atrapar el nitrógeno y evita la lixiviación de compuestos nocivos de nitrógeno en las fuentes de agua. Hasta la fecha, Kernza se cultiva en 500 hectáreas de tierra en Kansas.
Según han informado los investigadores, Kernza crece mejor en las latitudes más frías. Aunque el pasto de trigo intermedio se consumió en la antigüedad, las nuevas variedades de Kernza pueden permitir a los agricultores cultivarlo de forma rentable y llevar sus beneficios ambientales a las granjas y dietas modernas.
Una empresa de alimentos ha elaborado ya un cereal para el desayuno a partir de Kernza. El proyecto ha recibido fondos del Instituto Land para la producción a gran escala de esta cosecha. Otra compañía internacional ha elaborado un nuevo tipo de cerveza utilizando Kernza. Los centros de alimentos en los Estados Unidos también están utilizando harina de Kernza para la pasta, el pan y la pizza, y los comentarios de los consumidores son positivos.
La historia de Kernza
La historia de Kernza se remonta a 1983, cuando el científico Wes Jackson buscaba producir cultivos de granos perennes para consumo humano. En una conferencia en la Universidad Estatal de Oregón, Jackson debatió que la elección de cultivos estacionales como el trigo y el arroz como elemento básico fue un paso defectuoso en la historia de la humanidad. Razonó que plantar semillas dos veces al año en el mismo suelo requiere la destrucción de la vegetación natural del suelo. De esta manera, el deshierbe afecta el equilibrio nutricional natural del suelo y requiere sustancias químicas adicionales para complementarlo. La labranza del suelo libera enormes cantidades de dióxido de carbono en la atmósfera, y los ciclos de nitrógeno se interrumpen. Esto, a su vez, conduce a la infertilidad en el suelo y la erosión de las capas superiores.
Trabajando según la visión de Jackson, los científicos del Instituto Rodale comenzaron a investigar con pasto de trigo intermedio, una variedad de pasto forrajero euroasiática. El último grano de Kernza se desarrolló al seleccionar las mejores semillas de cada generación del cultivo en las últimas cuatro décadas. ¿El resultado? El grano de Kernza está siendo considerado como la respuesta al cambio climático.