Científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) de Estados Unidos han transferido los genes de una ruta bioquímica encontrada en el sorgo (responsable de la producción un compuesto natural que elimina las malezas) hacia las plantas de arroz. Esto permitiría traspasar esta característica ventajosa a otros cultivos agrícolas importantes y reducir el uso de herbicidas y su alto costo asociado.
La sorgoleona compuesta, secretada por el sorgo, ayuda a la planta a combatir las malezas (o malas hierbas). Funciona tan bien que algunos otros cultivos luchan por crecer en los campos donde se ha cultivado sorgo, causando problemas a los productores que desean rotar diferentes cultivos en esos campos.
Científicos de la Unidad de Investigación de Utilización de Productos Naturales (NPURU) del ARS en Oxford, Mississippi, están investigando si las propiedades inhibidoras de malezas del sorgo pueden transferirse a otros cultivos como el arroz y usarse como bioherbicida. Producir sorgoleona en otros cultivos potencialmente les daría a esas plantas la capacidad de combatir las malezas y reducir la dependencia de los herbicidas sintéticos afirma Scott Baerson, biólogo molecular de NPURU.
Antes de esta investigación, no se sabía nada sobre los genes que producen la sorgoleona, dice Baerson. Después de años de investigación, el equipo de NPURU, que incluye a Baerson y al biólogo molecular Zhiqiang Pan, alcanzó recientemente un hito que les permitió transferir el compuesto de sorgoleona al arroz. El impacto de esta investigación, parte del cual fue publicado recientemente en New Phytologist, es doble, según Pan y Baerson. Las plantas de arroz que producen sorgoleona deberían requerir menos herbicidas para controlar las malas hierbas. Como mínimo, el compuesto natural podría reducir la cantidad de productos químicos sintéticos pulverizados en los cultivos alimentarios. En segundo lugar, los productores gastarían menos en la compra y aplicación de productos fitosanitarios, una parte importante de su costo general.
Además, un cultivo que produce su propio herbicida potencialmente sería más eficiente, lo que aumentaría los beneficios para los agricultores y los procesadores de alimentos. En última instancia, estos ahorros podrían pasarse a los consumidores, agrega Baerson.
En estudios anteriores, los investigadores aumentaron con éxito la sorgoleona para hacer que el sorgo sea más resistente a las malezas, lo que ayudaría a los productores que no rotan el sorgo con otros cultivos. También impidieron que las plantas de sorgo produjeran sorgoleona, lo que beneficiaría a los agricultores que desean rotar diferentes cultivos con sorgo.
El siguiente paso es ver si las plantas de arroz que se cultivan en el laboratorio producen sorgoleona a medida que crecen y tienen la misma capacidad de combatir malezas que el sorgo.