El economista agrícola Graham Brookes, de la consultora británica PG Economics, ha publicado una revisión con los beneficios económicos y ambientales tras 5 años de uso en Sudamérica de la soya transgénica Intacta, la cual apila las características de tolerancia a herbicidas y resistencia a plagas. Entre estos se encontrarían un mayor rendimiento agrícola, menor uso de tierras, reducción del uso de pesticidas y de emisión de gases de efecto invernadero.
Este estudio evalúa los impactos económicos y ambientales que han surgido tras la adopción y el uso de soya transgénica Intacta, tolerante a herbicidas (TH) y resistente a insectos (RI), en América del Sur en los cinco años transcurridos desde que se plantó por primera vez en la temporada de 2013/14. Un total de 73,6 millones de hectáreas se han plantado con la soya que contiene ambas características desde entonces, y los agricultores se han beneficiado de un aumento en los ingresos de US$7,64 mil millones. Por cada US$1 extra gastado en esta semilla, en comparación a la semilla convencional, los agricultores han ganado US$3.88 en ingresos adicionales. Estas ganancias de ingresos han surgido de una combinación de mayores rendimientos (+ 9,2% en los cuatro países que usan la tecnología: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y menores costos de control de malezas y plagas.
[Recomendado: Estudio cuantifica los beneficios socioeconómicos y ambientales de los cultivos transgénicos (1996-2016)]La tecnología de la soya Intacta ha sido utilizada por muchos agricultores en América del Sur durante cinco años y, en la temporada 2017/18, se sembraron cerca de 24 millones de hectáreas con semillas que contienen esta tecnología (equivalente al 41% del área de soja en estos cuatro países). Esta tecnología de semillas ha ayudado a los agricultores a cultivar más alimentos y piensos animales, por un equivalente a 20 millones de toneladas de soya adicional entre la temporada 2013/14 y 2017/18, utilizando menos recursos y, por lo tanto, contribuyendo a reducir la presión sobre nuevas tierras para la agricultura.
[Recomendado: Cómo la soya genéticamente modificada ayudó a modernizar una economía]Esta tecnología de semillas redujo la fumigación con pesticidas en 10.44 millones de kg (-15.1%) y, como resultado, disminuyó el impacto ambiental asociado con el uso de herbicidas e insecticidas en estos cultivos (medido por el indicador de Coeficiente de Impacto Ambiental EIQ) en un 30.6%. La tecnología también ha facilitado importantes recortes en el uso del combustible y los cambios en la labranza, lo que resulta en una reducción significativa en la liberación de emisiones de gases de efecto invernadero del área de cultivo transgénico. Solo en 2017/18, esto fue equivalente a eliminar 3,3 millones de automóviles de las carreteras.
[Recomendado: Argentina lanzaría su nueva soya transgénica tolerante a sequía en 2019]En general, la evidencia de impacto de los primeros cinco años de la adopción de la soya Intacta apunta a una contribución positiva para abordar los desafíos alimentarios y ambientales que enfrenta cada uno de los cuatro países de América del Sur que utiliza la tecnología.