Un proyecto de investigadores de la Universidad de Talca permitiría convertir a la fruta en un alimento “súper saludable” que, además prevenga el ataque de hongos que dañan su calidad. La tecnología, amigable con el medio ambiente, también serviría para otros berries de importancia para chile.
La frutilla roja (Fragaria x ananassa), es sin duda uno de los frutos más populares a nivel mundial. Es en este contexto, científicos del Instituto de Ciencias Biológicas (ICB) de la Universidad de Talca, crearon un método que permite que este fruto logre aumentar su contenido de antocianinas para alcanzar así un mayor impacto como alimento saludable. Las antocianinas son compuestos polifenólicos que sirven de pigmentos vegetales y que contribuyen de manera considerable a aumentar la capacidad antioxidante y, por tanto, el valor saludable del fruto.
Carlos Figueroa, profesor del ICB explicó que el compuesto orgánico denominado metil jasmonato, el cual es producido por las plantas, se puede aplicar en la fruta para mejorar su calidad. “Hemos observado que aplicaciones de este, aumentan el contenido de antocianinas, compuestos bioactivos de suma importancia para la salud humana que tienen características antioxidantes. Además, mediante la aplicación de este compuesto podemos proteger mejor a la fruta del ataque de hongos patógenos”. El metil jasmonato, parte de la vía de la hormona vegetal jasmonato y se ha probado tanto en condiciones de laboratorio como de campo, aplicado exógenamente a frutos en desarrollo.
Resultados
Dentro de la planta el metil jasmonato activa la síntesis de la hormona bioactiva denominada jasmonato-isoleucina, la cual en la encargada de activar respuestas en la planta. “Acá constatamos que estos compuestos están en un alto nivel en los frutos verdes y comienzan a disminuir a medida que el fruto se acerca a su maduración”, mencionó Figueroa.
“Los agricultores podrían aplicar metil jasmonato para mejorar la calidad de su fruta. Se podría mejorar la capacidad antioxidante total generando una fruta con un mayor valor agregado ya que habría mayor beneficio para la salud de las personas. Además, la aplicación de este tipo de compuestos es amigable con el medio ambiente”, destacó el investigador.
Figueroa añadió que “estamos realizado experiencias aplicando metil jasmonato en un cultivo de frutilla de la zona de Pelluhue para determinar el número óptimo de aplicaciones durante el desarrollo del fruto y así lograr un aumento significativo de la capacidad antioxidante y defensa ante patógenos en el fruto”.
El interés radica en descifrar el mecanismo de cómo estas hormonas se están interrelacionando endógenamente en el fruto, observando cómo estas se van comunicando molecularmente para finalmente determinar las características de importancia como el color, los compuestos antioxidantes, el aroma, ablandamiento y sabor final del fruto.